Jocelyn Andrade.- Las calles del Centro Histórico se llenaron con una multitud que participó en la tradicional procesión dedicada a la Santa Muerte, pues cientos de personas caminaron entre cánticos, música y ofrendas, formando parte de una manifestación de fe que cada año concentra a creyentes de distintas colonias de la capital hidalguense.
Camionetas decoradas, autos con imágenes religiosas y grupos a pie recorrieron las principales avenidas del primer cuadro de la ciudad y en cada punto del trayecto se escucharon rezos, agradecimientos y peticiones dirigidas a la llamada Niña Blanca, figura que ocupa un lugar importante en los altares de sus devotos.
El contingente avanzó desde el mercado de Sonorita hasta el el reloj monumental y de regreso, donde se instalaron altares, se ofrecieron alimentos y música de mariachi en honor a la Santa Muerte.
El culto, arraigado en diferentes sectores sociales, tiene raíces que se remontan a creencias prehispánicas relacionadas con la veneración a la muerte como parte del ciclo natural y en la actualidad, quienes participan en esta tradición lo consideran una expresión de respeto y agradecimiento por favores recibidos.
