Alberto Witvrun.-A una semana de la fuga del jefe del grupo delincuencial Pueblos Unidos, conforme autoridades y sociedad salen del estupor de que a poco más de una semana de internado en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Tula de Allende su gente haya preparado su “rescate” con precisión y eficacia que permitió que a unos cuantos minutos haya traspasado la frontera de Hidalgo por la autopista Arco Norte.
Así Tula de Allende, la región más contaminada de México se volvió en uno cuántos meses en centro de atención nacional e internacional por las inundaciones que dejó 16 muertes en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y miles de damnificados y ahora por esta burla a la seguridad pública y al sistema penitenciario, dejando a su camino una estela de dudas y sospechas.
Un experto en seguridad consultado, me dijo que la operación no fue solo desde afuera y señala como un punto simple después de observar el vídeo de como ingresan, es ¿cómo sabía el comando de rescate porque puerta del Cereso entrar, para no chocar con la camioneta estacionada en el interior del penal? y ¿Por qué no había ningún celador en los accesos?
Y más allá del argumento de que los grupos delincuenciales están envalentonados porque la política del gobierno federal definida por el presidente Andrés Manuel López Obrador de “Abrazos no Balazos” les genera una percepción de impunidad la duda crece, porque no ha realizado declaración alguna ni la directora del Cereso Evelin García y menos la sub secretaria de Reinserción Social de la Secretaría de Seguridad Laura Talamantes.
El experto consultado, también ofreció el comentario que los autos bomba, no fueron los únicos distractores en la operación de rescate, también lo fueron varios de los fugados a quienes “liberados” dejaron a su suerte para abrirle camino al objetivo central a quien se le vio tranquilamente pagando una caseta del Arco Norte.