Alberto Witvrun.- Era normal que el grupo de historiadores, escritores e investigadores que semanalmente se reunían en torno al profesor Rafael Cravioto Muñoz en su biblioteca o en la de
cualquiera de ellos, jugaran a Uno y que las respuestas se convirtieran en cátedras sobre
historia, ciencia y literatura sin eliminar otros temas, era pues un entretenido ejercicio que
ojalá se hubieran grabado y difundido, porque todo quedó entre ellos.
Juan Manuel Menes Llaguno, Raúl Arroyo González, Luis Corrales Vivar a quienes se
agregaban otros como Víctor Manuel Ballesteros García y José Vergara Vergara, así
transcurrían estos encuentro intelectuales, que no dejaron de hacerse, aunque fueron
más espaciados cuando Menes Llaguno fue electo por el Consejo Universitario rector de la
Universidad Autónoma de Hidalgo (UAH) -aún no le agregaban “del Estado”-.
En ellas no fue una, fueron varias donde se abordó la necesidad de abrir espacios
culturales para fomentar la lectura que era de sus principales aficiones de todos ellos; esa
inquietud la convirtieron en realidad el profesor Rafael Cravioto y para ese entonces
rector Menes Llaguno, así se diseñó la Feria Universitaria del Libro inicialmente conocida
como Ferilu.
A la universidad, cuestionada por su proyecto político apoyado en el porrismo y su ola de
violencia y vandalismo, le urgía un cambio de imagen o por lo menos suavizar los efectos
de asaltos vandálicos al comercio y agresiones en fiestas, bares y discotecas, lo que
consiguieron con la Ferilu, contra la voluntad de Gerardo Sosa Castelán que no estaba
muy convencido del este evento.
La UAH, tomó de otra manera las calles, se apoderó de la Plaza Juárez, sus portales se
llenaron de stand de libros, se abrió un par de espacios para presentaciones literarias, se
montó un escenario por donde desfilaron grupos artísticos de rock, folclor, jazz, canto
nuevo y entremeses teatrales, fue tal la repercusión social que no dejó de efectuarse y 38
años después se mantiene como actividad central de la Autónoma.
Ahora como Ful, se realiza en los campus universitarios, pero no estaría mal que en
próximas ediciones volviera con algunas actividades a las calles, si bien su éxito está
asegurado parece necesario que algunas de sus actividades ocupen espacios públicos,
porno no toda la población va a los campus universitarios, sería un poco reconocer el
legado a la cultura de Rafael Cravioto y Juan Manuel Menes, aunque no lo necesiten.
