Alberto Witvrun.- Apenas conocieron la denuncia en contra de la diputada local Guadalupe Cruz Montaño originaria de Huejutla de Reyes, la dirigencia del Partido Verde Ecologista de México
(PVEM) tomo la decisión de separarla, la pruebas de que presento fracturas apócrifas y
robó la identidad para justificar gastos en el Congreso local obligó a la legisladora a
solicitar licencia y enfrentar las consecuencias legales de comprobársele el ilícito.
El dirigente estatal Avelino Tovar Iglesias, prudente no salió a realizar declaraciones o a
justificar actos, simplemente tomaron decisiones al interior de este instituto político en
congruencia con su narrativa para no afectar la imagen del partido y dejar establecido que
no permitirán desvíos, porque afecta el proyecto de consolidarse en las elecciones del
2027.
No tardaron ni 24 horas en tomar la decisión, el proyecto tiene 14 liderazgos locales, 8
municipios donde son segundo lugar y gobiernan cuatro y el proyecto de incrementar la
votación de 149 mil votos del 2024 para convertirse en una opción política real y
consolidada camino a la renovación del Poder Ejecutivo en 2028, 2030 o 2033, si hay
alguna nueva reforma electoral.
Nada que aplaudir a la dirigencia del Partido Verde, pero si se tiene que reconocer que en
lugar de encubrir, proteger o tratar de minimizar una actitud desviada tomaron cartas en
el asunto y tomaron decisiones, aceptando una situación irregular que ahora lejos de
afectar al partido deja establecido que no permitirá abusos de quienes con su siglas
llegaron a un cargo de elección popular.
De continuar en ese camino, generará confianza ciudadana, porque es común que las
dirigencias partidistas lejos de aceptar errores, se la pasan justificando sin enfrentar las
criticas o corregir los yerros que cometen y sólo generan mayor distanciamiento con la
ciudadanía que les ha perdido a muchos la confianza.
