Alberto Witvrun.- Después de tres años de sentar bases para el cambio de régimen con un balance positivo en el que fue importante los dos primeros años el bono democrático de un triunfo
electoral contundente y que pudo mantener los últimos 12 meses el gobernador Julio
Menchaca Salazar, cambia la ruta critica trazada inicialmente en su Plan Estatal de
Desarrollo por la devastación que dejó en una tercera parte del estado las torrenciales
precipitaciones pluviales de octubre.
Los 28 municipios afectados con familias que lo perdieron todo, requieren una estrategia
con recursos y planes bien trazados para su recuperación y el regreso a la normalidad lo
que tendrá una repercusión directa en las urnas electorales, tan o más importante en esa
zona que los apoyos sociales directos, sin que esto afecte los proyectos puestos en
marcha, pero que puede ser por algunos sectores considerados no prioritarios.
Este reto que presentó un fenómeno meteorológico nadie lo esperaba y a pesar de que
hubo fallas en la alerta temprana por parte de Protección Civil, la respuesta para atender
la emergencia ofrece resultados, sin cuestionamientos que se dan en otras entidades,
porque los víveres y apoyos no llevan colores ni logotipos, se entregan como llegan.
No han faltado personajes que llevan agua a su molino subiendo a redes su imagen,
aunque su apoyo sea nulo y ni el calzado se ensucian; contrarrestado con la presencia del
gobernador en las zonas más afectadas, además de la reapertura de caminos y el combate
a posibles enfermedades derivadas de la acumulación de lodos y cadáveres de animales
arrastrados por las corrientes y deslaves.
Así que necesariamente la ruta inicial de este gobierno tendrá que alterarse los siguientes
tres años, para mantener lo proyectado, que resulta urgente y lo importante que hoy es
devolver a la normalidad a los cientos de familias que perdieron su patrimonio y muchas
hasta seres queridos.
