Tula de Allende.- El obispo de la Diócesis de Tula, Juan Pedro Juárez Melendez admitió que la Iglesia Católica la está pasando mal ante la falta de ingresos supuesta por la pandemia de SARS-COV-2.
El clérigo señaló que la suspensión de ceremonias como las bodas, los 3 y los XV años, han significado que los diferentes templos dejen de recibir recursos por tales servicios, aunque aseveró que algunos se siguen haciendo con público limitado: “dos o tres personas acompañando a los festejados y si acaso, la ceremonia se transmite por redes sociales en caso de que las personas lo deseen”.
En entrevista, el prelado indicó que la recomendación es frenar los festejos mientras se logra frenar la pandemia, pero que, aún así los fieles deciden efectuar la ceremonia, están en todo su derecho.
Detalló que los únicos servicios que siguen con normalidad, son las misas para quienes desgraciadamente han fallecido en estos tiempos de contingencia nacional, pero pormenorizó que son con cupo de asistentes controlado para proteger a los curas de la Diócesis de todo peligro.
“Ellos también se pueden contagiar, aunque admito que hasta el momento nadie de la Diócesis se ha enfermado, ya que se han seguido todos los protocolos de sanidad recomendados”.
Llamó a los fieles a cumplir con las especificaciones dichas por las autoridades de los tres órdenes de gobierno, a fin de poder aplanar y erradicar la curva de contagios y se pueda regresar pronto “a la nueva normalidad”
Por Miguel Á. Martínez