Laura Elizabeth Trejo.- En caso de que la actividad del Popocatépetl llegue a la última fase del semáforo de alerta volcánica, Hidalgo no estaría en riesgo, pues sólo habría que atender los efectos de las cenizas, señaló Carlos Esquivel Macías, profesor investigador del Área Académica de Ciencias de la Tierra del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI).
El científico de la Universidad Autónoma del Estado Hidalgo (UAEH) también señaló que la actividad que ha presentado recientemente el volcán Popocatépetl se considera normal y beneficiosa, pues está liberando energía de forma gradual.
Añadió que no debe tomar en cuenta únicamente lo espectacular de los sonidos, cenizas o derrumbes que pudieran presentarse en este momento, sino que lo verdaderamente importante es el comportamiento de los gases, pues son ellos los que están detrás de las erupciones y los que podrían dar pauta a un cambio en el semáforo.
Esquivel Macías explicó que la vigilancia de este tipo de actividades en México se dio a raíz de la erupción en 1982 del volcán El Chichón, ubicado en el estado de Chiapas, el cual dejó graves daños y pérdida de vidas.
Particularmente desde hace 30 años se vigila el Popocatépetl y, de acuerdo a los registros históricos, su comportamiento es normal, pues a veces ha presentado incrementos, bajas y reactivaciones, aunque no se descarta que pudiera presentarse una situación distinta en esta ocasión.
El académico recalcó que hasta este momento no hay condiciones para que se genere una alerta de riesgo o que se interprete como de peligro, al contrario, el hecho de que tenga este comportamiento es algo benéfico, porque eso le permite liberar energía y presión, ya que si estuviera sin actividad, se podría generar un efecto como de olla de presión y, como consecuencia, sí se tendría una erupción mayor.
Explicó que de manera previa a que se presente una explosión repentina, se presentarían cambios químicos y físicos que darían una alerta temprana de lo que podría suceder en días posteriores, ya que en estos momentos no existen instrumentos ni modelos científicos que permitan dar un pronóstico preciso y certero de cómo se va a comportar el volcán, pero sí es posible medir e interpretar los signos que se dan en la superficie.
Por otro lado, mencionó que es importante que la población aledaña esté atenta tanto a los llamados como a las indicaciones de las autoridades, porque en caso de que pase al semáforo rojo, la evacuación se tendría que hacer de forma necesaria, en un primer momento sería de forma voluntaria y en segundo lugar, de forma obligatoria.
“Para el caso específico del estado de Hidalgo, los municipios cercanos podrían verse afectados por las cenizas, por lo que sólo habría que usar cubrebocas, además hacer limpieza en techos y drenaje”, comentó.