Laura Elizabeth Trejo.- Hidalgo se ubicó en el sitio 18 del Índice Estatal de Competitividad 2023, que presentó el IMCO este 9 de junio. De acuerdo con el reporte emitido, la entidad subió cuatro sitios en este indicador, pues en la medición correspondiente al año pasado ocupaba el sitio 22.
De esta forma, se ubicó entre el listado de diez entidades del país que mejoraron su posición en esta evaluación que tiene como objetivo identificar sus fortalezas y debilidades, así como evaluar qué tan atractivas son para el talento y la inversión a partir de las condiciones de vida y de empleo en ellas.
El Instituto Mexicano para la Competitividad en la edición de este año, la Ciudad de México, Querétaro y Nuevo León se ubican en los tres primeros lugares, mientras que Guerrero permaneció como la entidad con competitividad más baja.
Pese a que el estado que gobierna Julio Menchaca Salazar mejoró en materia de competitividad, el organismo aún lo mantiene en la tabla de aquellos con competitividad media baja, junto a San Luis Potosí, Guanajuato, Campeche, México y Puebla.
Al presentar el Índice Estatal de Competitividad 2023, el IMCO destacó que el nearshoring es una oportunidad única para potencializar el crecimiento sostenible de los estados. Se trata de una estrategia que consiste en la relocalización de cadenas productivas por parte de empresas transnacionales, que se basa en la cercanía geográfica, y está ligada con la competitividad.
Dicho de manera más simple, las empresas apuestan por mover parte de su producción para estar más cerca de su destino final.
De acuerdo con el IMCO, los estados del centro (en donde se ubica Hidalgo) y el norte del país tienen mejores condiciones para atraer inversiones relacionadas con este fenómeno, lo cual se explica por su despliegue de infraestructura logística y energética, una población con mejor acceso a la educación y a la salud, y una mejor integración de la industria manufacturera con el exterior.
En este contexto, el organismo recomendó a las entidades elaborar una estrategia de atracción de inversiones con una agenda sectorial que considere un diagnóstico preciso de la mano de obra y las condiciones generales de la economía local, para con ello priorizar lo que más convenga al desarrollo de la economía estatal.