Alberto Witvrun.- La reaparición de Gerardo Soasa Castelán en la inventada Marcha por la Defensa de la Autonomía Universitaria, argumentada en una resolución judicial que frenó la creación de
un órgano de control externo en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH)
que se instaló en organismos descentralizados que pretendió el gobierno de Omar Fayad
Meneses, no fue casualidad.
Simplemente fue parte de la estrategia para avanzar en ser absuelto del proceso por
operación de recursos de procedencia ilícita por 58 millones de pesos y delincuencia
organizada, así primero se difundió su presencia en la Feria Universitaria del Libro y ya se
le ve en lugares públicos, aunque mantiene por orden de un juez federal la medida
cautelar se prisión domiciliaria.
Ahora solo se confirma la habilidad del originario de Acaxochitlán para salir de situaciones
complicadas legales o no a lo largo de su trayectoria en la política que inicio como
presidente de la tristemente célebre Federación de Estudiantes Universitarios (FEUH) y
como diputado local priista y lo llevó a convertirse en el jefe político del grupo que
usufructúa la inteligencia de la UAEH desde hace 4 décadas.
Y así como quien no quiere la cosa el rector Octavio Castillo Acosta acompañó al
presidente de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación (SCJN), Hugo Aguilar Ortiz a su
gira a Huejutla de Reyes donde visitaron el campus de la UAEH y de paso el ministro fue a
instalare la Defensoría Pública Federal, donde hubo la descortesía de no invitar a las
autoridades judiciales de Hidalgo.
Lo que no fue un descuido, fue un mensaje de que el jefe del Clan Sosa Castelán, busca
negociar políticamente su absolución, muestra músculo en las calles y sus relaciones para
alcanzar su objetivo y poque no, ya sin antecedes penales regresar a la arena electoral con
su franquicia del Partido del Trabajo (PT).
