Alberto Witvrun.- Los 31 triunfos opositores en las elecciones municipales del 2 de junio fueron saludables
para la recomposición de la geografía política de Hidalgo, aunque se esperaban diez más,
porque a pesar de su crisis interna se esperaba un poco más del Partido revolucionario
Institucional (PRI) que tiene en Carolina Viggiano Austria y su servidumbre política a sus
sepultureros.
Un solo triunfo, por cierto, de una expresión con la que no comulga y la pérdida de cien
mil votantes, redujeron las victorias opositoras, a pesar del crecimiento electoral de los
partidos del Trabajo (PT) cuyas victorias fueron por tres vías: el tradicional petismo, los
desprendimientos de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el Clan Sosa
Castelán, que fueron los menos.
Además del Verde Ecologista de México (PVEM) que quedó con 9 mil votos menos que el
PRI y Movimiento Ciudadano (MC) que creció con relación al proceso de 2022; en medio
de esta recomposición es de reconocer que todos los actores acudieron a las vías legales e
institucionales para resolver controversias e inconformidades aún con el irregular e
irresponsable actuar del Consejo General del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH).
Mucho tiene que ver como el Tribunal Electoral del Estado de Hidalgo (TEEH) al aplicar las
leyes a partir del respeto a la voluntad ciudadana expresada en las urnas, así al conocer 61
impugnaciones, sus resoluciones apegadas a la legalidad desactivaron inconformidades, al
grado que se espera que sólo unos cinco casos avancen a la segunda instancia.
Estos serían Atlapexco, Mixquiahuala, San Felipe Orizatlán, Eloxochitlán y Cuautepec de
Hinojosa, porque estos dos últimos irán a elecciones extraordinarias, el primero
confirmado y el segundo casi seguro se confirmará, porque en la jornada electoral se
quemaron 36 paquetes electorales y de los 38 rescatados 20 están impugnados.
