Jesús Sánchez
Mientras el mundo está a punto del infarto ante el riesgo de enfrentar los
embates de una nueva y profunda recesión económica, en México seguimos
entretenidos en la grilla nuestra de cada día.
Hace una semana se realizaron elecciones en seis estados del país y ayer el
partido en el gobierno dio el banderazo de arranque para definir su
candidato a las elecciones mexiquenses del 2023 y, de paso, airear a las
desgastadas corcholatas presidenciales.
La situación económica del país está del cocol, pero todos los recursos del
Estado están concentrados en los procesos políticos que vienen, con la
apuesta a que la popularidad presidencial los mantendrá en el poder. Están
viendo y no ven.
Y si las cosas salen mal, como ocurre, siempre hay a quien echarles la culpa
de todo.
Pero la realidad es más oscura que una noche tenebrosa.
Así como están las cosas no dude que la inflación podría cerrar el año entre 9
y 10 por ciento; la tasa de interés interbancaria determinada por el Banco de
México rondará los 9 puntos, si bien nos va, mientras que el crecimiento del
PIB, otra vez será prácticamente nulo.
La revelación de Jonathan Heath de que apoyará un aumento de 0.75 puntos
a la tasa interbancaria del Banxico que hoy está en 7 puntos, no es otra cosa
que la decisión de activar una política monetaria más agresiva para bajar la
inflación a niveles manejables. Aunque encarece el dinero.
Por cierto, eso de creer que las remesas que nos llegan de EU son la tablita
de salvación está por verse. Cada mes las cifras de las remesas son
espectaculares, pero el país sigue enfrentando los mismos problemas.
Créalo, en un mes se recibe el equivalente a dos terceras partes de todo lo
que el país recibía hace 22 años, ¿y…? (Antonio Sandoval, Alto Nivel 02-06-
22)
Coincidirá usted en que la crisis global se ha convertido en un pretexto para
cubrir las incapacidades de algunos gobierno; pues esto no es otra cosa que
una manera de justificar el apalancamiento de la mediocridad.
II.
En lugar de planes o estrategias para salir del hoyo, lo único que hay es un
discurso diario para justificar el inmovilismo, que no es otra cosa que la oda
al “nos cayó como anillo al dedo”.
_La inflación está canija, pero está más alta en Estados Unidos.
_La gasolina cuesta casi 25 pesos, muy lejos de los 12 pesos prometidos, pero
en Estados Unidos cuesta 5 dólares el galón.
_Que no habrá crecimiento, lástima, hubiéramos querido crecer al 4 por
ciento, pero no está en nuestras manos.
Y así…
III.
Una incógnita que deben despejar politólogos y antropólogos sociales: Por
qué la gente vota por proyectos de gobierno con pésimos resultados en lo
económico, lo social y el combate a la inseguridad, que lejos de combatir la
pobreza la multiplican.
Lo extraño es que miles de ciudadanos siguen votando por un modelo que se
cruza de brazos ante la adversidad y que gira en torno a la popularidad y la
propaganda.
La dispersión de dinero entre la población a manera de becas, apoyos,
ayudas o como quieran llamarle, tiene un razonamiento simple, “si te
mantiene el gobierno serás feliz”. Aunque tristemente es un insulto a la
inteligencia, funciona a los intereses de los gobiernos totalitarios.
Lo malo es que las nuevas generaciones han quedado atrapadas en este
callejón sin salida, con niveles educativos por los suelos, sin posibilidades de
ser laboralmente competitivos.
Lo peor, imagine que pierde la 4T y el nuevo gobierno decide cancelar esos
recursos para invertirlos en programas sociales de largo aliento, los afectados
lo van a considerar como un despojo. De ese tamaño es el daño que se está
causando a las nuevas generaciones.
Por cierto, Claudio Lomnitz es uno de los académicos que ha escudriñado los
sitios más recónditos de estos temas, que desde distintos enfoques
convergen en un punto, el poder. Vale la pena ver y escuchar los recientes
ensayos de Lomnitz en el espacio virtual de El Colegio Nacional en YouTube.
IV.
Para quienes se preguntan si la oposición existe o no, o si quedó reducida a
un mito más de la política mexicana, considere que si bien un importante
segmento de la sociedad, casi la mitad, no coincide con el actual gobierno y
su liderazgo, no hay quien lo represente adecuadamente. La oposición
partidista está desarticulada, peleándose y sucumbiendo ante sus propios
fantasmas.
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- Que metieran a Adán López a hacer el tercio en las campañas adelantadas
de las desgastadas corcholatas, habla que ni Sheinbaum ni Marcelo cubren
las expectativas de YSQ. A ver cuánto les dura.
2.- ¿A poco no hay nadie más que dirija lo que queda del PRI? Es pregunta.
3.- Confía Dante que MC podrá enfrentar solo a Morena en una elección
presidencial. Pues será en 2030, porque en 2024 se juega una de las dos
gubernaturas que tiene, Jalisco, y no la trae fácil.
4.- Frases lapidarias.
_La oposición solo estorba. AMLO.
5.- Tuitazo de @MElenaPerezJaen
Senador @RicardoMonrealA, la parálisis legislativa la estamos viviendo en la
Cámara de @Mx_Diputados inmediatamente después de que rechazamos su
ReformaEléctrica
6.- Sobreviven los libros.
La industria editorial mexicana enfocada a los libros sigue en proceso de
recuperación, sorteando además de los años negros de la pandemia, otros
desafíos como la comercialización de libros digitales y la cruzada contra la
piratería.
Los datos de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM)
animan a un panorama menos oscuro que en 2019 y 2020, cuando se
desplomó la facturación de libros impresos en alrededor del 25 por ciento.
Aún no se tiene certeza de cuántas librerías pequeñas cerraron sus puertas.
Aunque usted no lo crea faltan políticas públicas para que se reconozca al
libro como un bien necesario. En materia fiscal, por ejemplo, mientras
algunos países aplican la tasa cero o tasas reducidas, en México el IVA es el
coco de los libreros.
Existen interesantes iniciativas como la suscrita por la CANIEM, el Centro
Mexicano de Protección y Fomento a los Derechos de Autor y la plataforma
MercadoLibre.com.mx para combatir la comercialización de libros pirata.
Los datos son alarmantes pues 4 de cada 10 libros que se consumen son
piratas y en el formato digital aumenta al 44 por ciento. Los responsables de
estos atracos a los autores mexicanos forman parte de la delincuencia
organizada.
La buena noticia es que los libros sobrevivieron a la pandemia.