Alberto Witvrun.- Pareció no importar que en Huejutla de Reyes un bombero haya rescatado a una
serpiente ratonera y haya pedido a la población no matar a los reptiles y, pedir a los
cuerpos de auxilio intervenir para proteger la fauna endémica que en muchos casos está
en peligro de extinción por los cambios de uso de suelo o el cambio climático que tiene en
sequía a la tercera parte de los 21 mil 500 kilómetros cuadrados del territorio de Hidalgo.
No es cosa menor actualmente oficialmente existen en la entidad 182 especies
consideradas en peligro de extinción de las cuales, 66 son reptiles, 62 aves, 30 mamíferos
y 24 anfibios; la transformación del hábitat de estas especies los obliga a aparecer en
zonas pobladas como los pumas en Actopan el coyote en Ixmiquilpan o el jaguar en la
Sierra Gorda y muchos más que no son reportados a las autoridades.
Contaminación de ríos por plantas tratadoras de aguas residuales que no funcionan como
en la región de Tula y en la Huasteca, debe hacer encender las luces rojas a la población
entera, en particular a las autoridades responsables como la Secretaría del Medio
Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath) más ocupada en cómo y a quien
otorgar las concesiones de los verificentros donde prevalecen viejos intereses.
Existe un fuerte descuido en la protección de las especies en peligro de extinguirse como
los felinos ocelote, tigrillo, jaguar y por lo menos dos variades de águila, lo que no es
menos importante que crear plantas tratadoras de desechos sólidos, cuando existe una
que fue frenada en la pasada administración en Tizayuca por intereses políticos que puede
ser reactivada y procesar los desechos de los municipios conurbados a la zona
metropolitana.
Pero mientras sólo hay exhortos a la población y no se conoce una acción concreta para la
protección de las especies en la región Tepehua, Sierra Alta, Huasteca y Tecocomulco,
donde dicen los expertos está la mayor riqueza natural de Hidalgo.
