El Pachuca terminó su participación en el Clausura 2019 con varios aspectos que dejaron un sabor agridulce entre la afición, pues mientras cortaron una racha de dos años sin clasificar, culminaron su participación de manera prematura en la fase final y sin ganar como visitante.
Es bipolaridad que mostraron los Tuzos en casa y fuera de ella, quedará en la historia; en el Hidalgo ningún equipo les arrebató un punto, ya que sumaron ocho triunfos en fila, con 26 goles a favor y solo recibieron cinco.
También hicieron historia con ese escandaloso 9-2 que le propinaron al Veracruz, pues significó la mayor goleada en torneos cortos y del Pachuca como local; además, pasaron 40 años para que un equipo de la Liga MX anotara tantos goles en un partido.
No obstante, fuera del Hidalgo fueron un rival endeble que apenas sumó cuatro puntos, producto del mismo número de empates, sumadas a cinco derrotas, la mayoría por marcadores de escándalo, con un saldo de 21 tantos recibidos y solo 6 marcados.
Uno de los descalabros le costó el puesto al español Pako Ayestarán, quien tras el 3-0 a manos de América en el Azteca dejó su lugar al argentino Martín Palermo, el único técnico relevista que clasificó a su equipo a la liguilla.
De la mano de El Loco, el conjunto de la Bella Airosa puso fin a dos años sin clasificar a la fiesta grande, pues, pese a los altibajos, sumó 28 puntos.
Ya en la fiesta grande, los Tuzos no lograron quitarse la hegemonía de Tigres en esta instancia, aunque tampoco fueron un rival, al final, la mejor posición en la tabla benefició a los auriazules luego del empate global 2-2.
Pachuca cayó por octava ocasión en los cuartos de final del futbol mexicano.