El acoso intenta ser normalizado respecto al comportamiento violento hacia sus integrantes, mediante la creación de mecanismos como la policía de género, de acuerdo con investigadoras mexicanas que trabajaron en la primera mesa de trabajo de la XVI edición del Congreso Nacional de Empoderamiento Femenino que realizó la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
Lo anterior, bajo modalidad virtual, derivado de la contingencia sanitaria por Covid-19, por lo que la investigadora de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), Ana Cristina Aguirre Calleja, en compañía de Ana Paula Castillo Pacheco, presentaron el trabajo “Experiencias de acoso callejero: la percepción de seguridad de las mujeres en Puebla”.
Dicho estudio arrojó resultados que permitieron detectar si existe acoso callejero, de qué tipo, así como los incidentes que se presentan con más frecuencia y las zonas de mayor incidencia, donde se presentó que existe una lógica heteropatriarcal del espacio privado de la comunidad que llega a las calles para tratar de normalizar el comportamiento violento hacia sus integrantes.
Asimismo, se dio a conocer que un gran número de mujeres encuestadas sufrieron acoso callejero, en su mayoría jóvenes, además más del 50 por ciento expresó que las calles no son espacios donde se pueda transitar libremente, teniendo como principales agresiones la observación persistente, catcalling (término utilizado para referirse a los chiflidos, silbidos, gritos u otro sonido molesto para llamar la atención de las mujeres).
Incluyendo, piropos lascivos y persecución, e incluso la exhibición de partes íntimas, desnudos totales, masturbación, así como toma de fotografías o video.
De igual manera, la investigadora Diana Valentina Zapata presentó el trabajo “Miedo como generador, creando comunidad entre mujeres. Un estudio de caso sobre secuestros en el metro de la Ciudad de México”, el cual se enfocó en 19 testimonios de mujeres que sufrieron un intento de rapto durante el 2019 desde el análisis de los relatos, las estrategias que se implementaron tras las denuncias en redes sociales.
Dentro de estos testimonios; 18 mujeres lograron escapar al secuestro, tres quedaron inconscientes en el intento de escape tras un golpe por parte del atacante, mientras que el resto de narraciones exhiben luchas constantes por huir, afectaciones físicas, psicológicas y sociales, así como denuncias que no procedieron por parte de las autoridades de la Ciudad de México.
Finalmente, concluyeron que las diversas acciones y actitudes de acoso, hostigamiento y daño a las mujeres se normaliza debido a que dentro de la misma sociedad se presenta como una forma cotidiana de vida, sin embargo, representa un caso que pone en riesgo el bienestar e integridad de las mujeres que lo sufren.
Por Itzell Molina