Alberto Witvrun.-En medio de la efervescencia política electoral que rodea el proceso para la renovación de los 84 ayuntamientos la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) esclareció el homicidio de Gerardo Sosa Cravioto hijo del presidente del Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) Gerardo Sosa Castelán, personaje central en la vida pública de la entidad.
Los resultados de las investigaciones cuyos pormenores se desconocen bajo el argumento de no alterar las indagatorias, generan dudas razonables sobre la situación que rodeo este crimen cometido el 23 de febrero de 2019, sobre las cuales se mantuvo un hermetismo total y a quienes estuvieron cerca del proceso el procurador Raúl Arroyo González directamente les ordenó no hacer comentario alguno.
Hace un año se dijo que el joven Sosa Cravioto, había recibido cuatro impactos de bala, ahora en la información que se ha dado a conocer dicen que fueron tres, la camioneta en que viajaba “nadie” la ha visto, sin embargo oficiales de la policía municipal de Tulancingo que dieron a conocer los primeros reportes, aseguraron que presentaba más de media docena de impactos.
El presunto responsable que ya fue vinculado a proceso por la jueza de control que conoce de la causa penal, resultó ser un ex trabajador de la hacienda Yemila a quien dicen le encontraron en su domicilio un arma calibre 45, mismo calibre utilizado en él ahora se informó en el presunto asalto sin embargo hace un año nunca se mencionó si le quitaron alguna cantidad de dinero a la víctima.
La familia tampoco ha realizado declaración alguna y si está convencida de que la conclusión de las investigaciones son creíbles para ellos, en fin que a pesar de que el crimen para las autoridades está resuelto y aportarán todas las pruebas producto de las investigaciones, para demostrar que es así, el detener al presunto homicida un día después de un año del ilícito, también generar suspicacias, aunque también le quita presión social y política al procurador, que alguna vez fue cercano a Gerardo Sosa Castelán, quien impidió que fuera rector.