Por Rogelio Hernández López
— Ayúdame a recordar aquella escena en un gran hotel de Campeche cuando “Alito” era Senador y
alegremente repartía a decenas de periodistas pantallas de televisión, ventiladores, aparatos de sonido,
ollas de presión, planchas y por supuesto sobres bien pachoncitos de “aguinaldo”—le pedí a Sara Estela
Tamez, veterana reportera de izquierda. Ella tiene mejor memoria y sin dudar me refrescó datos.
A Sally, como le dicen sus cercanos en Campeche, la conocía desde mucho tiempo antes. Yo le había
dedicado un perfil periodístico porque ella había sido confidente y soporte por años del escritor y poeta
comunista Juan de la Cabada, su tío abuelo.
El dadivoso
Allá por diciembre de 2011 Sally me invitó a impartir una charla, más que conferencia, sobre
autoprotección para sus colegas. Ella, el reportero Luis Armando Mendoza y otros habían organizado una
reunión con más de 30 reporteras y reporteros en una casona de la capital.
Yo, en aquel momento era Coordinador de Protección de la Casa de los Derechos de Periodistas e
integrante del grupo redactor en el Senado de la República de la Ley de Protección a Personas Defensoras
de los Derechos Humanos y Periodistas, ley que entraría en vigor al año siguiente.
Pero ese día, a la hora de la cita solo habían llegado algunos de las y los colegas invitados. –¿Qué pasó? —
nos preguntábamos. Alguien de los recién llegados nos informó que quizá estaban en el Hotel del Parque.
Suspendimos la conferencia-charla por la poca asistencia.
Y efectivamente allí estaban decenas de colegas. Bullía de gente el área conjunta del lobby y restaurante.
Muchos colegas hacían fila para recibir un sobre “pachoncito” y luego salían al estacionamiento donde se
encontraban dos pequeñas camionetas blancas (tipo Estaquita) atiborradas de cajas con enseres y aparatos
electrónicos, Regresaban sonrientes y algunos buscaban al Senador para agradecerle.
Rafael Alejandro Moreno Cárdenas ya motejado como “Alito” se ubicó entre al restaurante y el lobby
intercambiando sonrisas y anécdotas con el propietario del hotel y también del influyente diario local
Tribuna, Alberto Arceo.
Cuando este reportero miraba con sorpresa toda la escena general, se acercó para saludar sincera y
afablemente un viejo conocido, Jorge González Valdez (a quien yo también confianzudamente llamaba «la
piraña»). Jorge era un veterano periodista de política y ya había logrado el puesto de Director Editorial de
Tribuna. – Ven –me dijo—te voy a presentar al dueño del periódico y al Senador. —
— Senador, –le dijo a “Alito”– Te presentó al periodista Rogelio Hernández López que vino del Distrito
Federal para impartir una conferencia sobre autoprotección de periodistas—Y Alejandro Moreno, en
automático ofreció la mano izquierda y mientras que con la derecha hizo una seña para que se acercara un
auxiliar que cargaba una especie de cajón de escritorio con sobres “pachoncitos” en tres hileras
–Dale lo suyo al periodista—ordenó.
Jorge el periodista miraba esa escena, se sonrojó y se alejó varios pasos. Y cuando el portador del cajón
extendió un sobre al reportero fuereño este lo atajó y se dirigió al Senador:
— Espera, espera. Yo no vine a eso ni vendría. Yo tengo otra visión de las relación de los periodistas y los
políticos y de la dignidad profesional. Si mis colegas lo aceptan es muy su conciencia. Pero si te pido un
favor: ¡No los formes!. Eso hace más indigno hasta los regalos. –
Entonces “Alito” le dijo a su subordinado. –¡No eso no te dije! ¡Dale la información que les trajimos a los
periodistas! Viró e inició otra platica con la persona más cercana.
Jorge el periodista, director de Tribuna y este reportero nos dirigimos a la alberca. – Creo que ya te afecté
– le dije un tanto preocupado. – El Senador es así. No te preocupes—me respondió y nos despedimos
cordialmente.
Después otros colegas me comentaron que “Alito” andaba en campaña, “quiere ser gobernador, pero como
están las cosas a la mejor consigue una diputación federal”. Lo fue de 2012 a 2015 y su siguiente posición
fue de gobernador, luego otra vez diputado federal y Presidente Nacional del PRI.
El legislador
Aquella escena revivió en estos días de junio de 2022 porque Alejandro Moreno Cárdenas ha estado en
noticias de primera plana y comentarios tanto por los resultados electorales que ha obtenido en su
presidencia, por las peticiones de que renuncie que le pidieron expresidentes de su partido y por
grabaciones de sus expresiones, muy sinceras, que difundió la actual gobernadora de Campeche.
En una de estas grabaciones se escucha a “Alito” decir: –Yo siempre lo he dicho, el hijueputa que se pase
de verga, una verguiza salvaje. Nomás te voy a dar un dato: a los periodistas no hay que matarlos a
balazos, papá, hay que matarlos de hambre…–
Y en ese contexto sorprendió, por lo menos a este reportero, otra estampa de Rafael Alejandro Moreno
Cárdenas de lo que piensa de las y los periodistas. En su carácter de diputado federal presentó el 15 de
junio, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, una propuesta muy ambiciosa, que se
aprobaría si su partido y sus aliados tuvieran la mayoría parlamentaria.
Propuso una ley que eliminaría al mecanismo federal de protección actual para crear la Comisión Nacional
de Protección a Periodistas con carácter autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio (como
la CNDH) que además de proteger a periodistas tendría facultades para mejorar sus condiciones de
trabajo, su independencia, su ética profesional, también para crear un observatorio nacional de agresiones
y hasta un registro o padrón nacional de periodistas.
Más aún, bajo su mandato como presidente del PRI unos días antes, el 12 de junio, los coordinadores de
su fracción parlamentaria en la Cámara de Diputados, anunciaron que tenían listas dos iniciativas de ley
para sumar a su propuesta anterior de adiciones a la ley federal del trabajo. Son tres iniciativas, afirmaron,
que ayudarán a los periodistas agredidos o precarizados. Tantas propuestas y en tan poco tiempo para
atender los problemas de las y los periodistas nunca antes las había presentado el PRI cuando estuvo en la
Presidencia de la República.
La propuesta de Alejandro Moreno de crear la Comisión Nacional de Protección a Periodistas contiene
varios aspectos que entre periodistas activos por mejorar esta profesión se consideran necesarios. Por
ejemplo, ampliar el concepto de protección para que esta ya no sea meramente reactiva sino de protección
integral para prevenir y disminuir vulnerabilidades de periodistas tanto laborales, como profesionales y de
creación de empleos, actividades que realizaría otra unidad de nombre Dirección de Prevención y
Fomento al Periodismo y Libertad de Expresión.
Para quien ha seguido los diálogos con periodistas y defensores de derechos que realiza la Subsecretaria
de Derechos Humanos de la Segob para crear una ley general y ya no solo federal percibirá que
mayoritariamente se ha rechazado crear un órgano autónomo porque no tendría la fuerza legal necesaria
para hacer que todos los niveles de gobierno sean obligados a proteger no solo a periodistas sino también a
defensores.
En la revisión de la propuesta de Alejandro Moreno se perciben párrafos completos de la actual ley que da
vida a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, párrafos completos de la actual ley de protección
federal y que además deja fuera a las personas defensoras de derechos; tiene párrafos completos de otros
ordenamientos que establecen criterios que deben cumplir quienes ocupen la presidencia, la Secretaría
Ejecutiva, el Consejo Consultivo y el órgano interno de control para esa comisión nacional que se
pretende.
Este reportero preguntó a dos expertos en protección y derechos humanos sobre la propuesta de Alejandro
Moreno y coincidieron en la apreciación que es otra acción preelectoral del presidente del PRI, que quiere
fortalecerse como tal, que su propuesta no tiene viabilidad en esta legislatura y que es un canto de cisne
para conseguir simpatías de periodistas y medios y que, en última instancia, es una mea culpa porque en
sus tiempos en el gobierno federal el PRI no se preocupó por las y los periodistas.
Dos estampas de Alejandro Moreno con y para periodistas. ¿En cuál Alito ha sido más real y sincero?