Carlos Pérez Andalón .- Es solo un sábado cualquiera, casado, aburrido y con ganas de salir, te das cuenta mediante redes sociales que hoy habrá un show en tu ciudad. Te levantas de tu cama, alistas tus cosas y te vas.
Según el flyer ya es un poco tarde, aún así agarras camino, ya en el trayecto decides escuchar un poco de lo que oirás más tarde. Agarras tu plataforma de streaming musical, buscas «O’tortuga» y escuchas lo que mas tarde veras en vivo. Desde canciones como Ferrari, Cool o Gente Ovni encuentras dos o tres canciones que te agradan.
Llegas al foro por ahí de 6:15 o 6:25 de la tarde, es el ya famoso y con renombre «Casa Pädi». Aquel foro cultural donde has visto varios proyectos que te gustan y algunos nuevos. Entras y te reciben en recepción una voz que dice «si vas al show, subes al segundo piso y donde está el ruidero», como si no supieras, pero agradeces y subes. La primera banda abridora está tocando, una extraña mezcla entre Punk, Hardcore y midwest llamada «Yo Bizarro» entran a tus oídos, escuchas todo lo que tienen por ofrecer. Tras acabar su set suben unos chicos no mayores de 20 años, se hacen llamar «Paste Rabioso» un nombre raro y que te causa risa si conoces y reconoces el Rock Nacional Argentino, escuchas sus canciones que tienen arriba en plataforma: «Pop Amor» y «Muebles de Acapulco» termina un show bastante lleno de emociones y volumen.
En ese momento en el que acaba esa banda entra un proyecto bastante reconocido en la ciudad, Ara de la Luna entra a escena, el niño pródigo de ciudad paste le llaman, canciones un poco más calmadas a las anteriores, pero con una letra que refleja la tristeza de un joven en la actualidad. Su música da pie a un baile raro entre mover el cuerpo de un lado al otro y mover la cabeza, todo a lados diferentes, suena raro, pero es lo que se logra ver. Termina de tocar y empieza la banda por la que vine «O’tortuga» la banda que trae el puro surf desde Teotihuacán. Vienen presentando su nuevo disco «Hombre Perro de Tlatelolco», disco que recomiendo no perderse. Después de que empezaron a tocar no recuerdo mucho, el moshpit, el baile y dos o tres chelas encima no me ayudan. Así termina un día más de música moderna en Pachuca, llegando a mi casa, cansado y con una nueva banda descubierta.
