Alberto Witvrun .- Es preocupante que en el fin e inicio de año las noticias sobresalientes sean de acontecimientos delictivos asociados principalmente a la actividad huchicolera y a grupos delincuenciales.
El incendio de una decena de puestos de fuegos artificiales en el mercado Primero de Mayo, por más que se diga se debió a una imprudencia, los locatarios lo atribuyen a la pugna entre los grupos que controlan al comercio semifijo o supervivencia.
En Zimapán un hombre fue ejecutado de varios disparos en el pecho y una mujer herida en un brazo; en Ixmiquilpan no disminuye la inseguridad por el contrario hay ingobernabilidad y Epazoyucan tiene claras manifestaciones de violencia delictiva con ejecuciones y una fuerte fuga en un ducto.
En Tula hay una fuerte percepción de inseguridad que la población reprocha al alcalde Manuel Hernández Badillo y en Cuautepec de Hinojosa al presidente municipal se le asocia con grupos huachicoleros, en suma estas manifestaciones de violencia, ya preocupan en diversos puntos de la entidad.
A ello se agrega el cateo al despacho del conocido abogado Francisco Díaz Cravioto buscando por el delito de fraude y en Pachuca se descubrió una bodega con millonario botín de artículos robados, que no ayuda a reducir la percepción de inseguridad, porque el operativo de inteligencia no logró ninguna detención.
Alguna explicación tiene que dar el secretario de Seguridad, Salvador Cruz Neri, que ya se encuentra en el ojo del huracán, por la creciente actividad delincuencial y negar la existencia de grupos como lo hizo su antecesor no resuelve nada.
Es urgente que se aplique una estrategia integral, para combatir por un lado al Huachicol que por cierto es responsabilidad del gobierno federal, por otro a los delitos que se derivan además de la delincuencia común. Desde luego que no es tarea fácil ni se pueden pedir resultados en cien días, pero urge ver acciones efectivas que devuelvan la tranquilidad a la sociedad.