Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- El conflicto que se vive entre grupos antagonistas por el control de la empresa cementera La Cruz Azul, por lo pronto se encuentra estabilizado, consideró el alcalde de Tula, Mario Guzmán Badillo.
Lo anterior, explicó el edil, toda vez que ya no ha habido hechos de inseguridad ni violencia entre simpatizantes de ambos bandos, como en años anteriores.
Dio a conocer que desde la llegada de su gobierno, el 26 de agosto pasado, se ha mantenido diálogo con ambos grupos por igual, tanto con los que tienen bajo control la planta del antiguo Jasso, en Tula, como los de la llamada disidencia, el otro sector de la Ciudad de México.
En este contexto, mencionó que no se ha actuado ni a favor ni en contra de ninguno de los dos bandos, sino que se ha sido imparcial y solo se ha mediado entre ambos porque después de todo, unos son vecinos del municipio y otros tienen derechos por estar asentados en la demarcación.
“Garantizamos la estabilidad y la gobernabilidad, no nos corresponde actuar a favor o en contra de alguna de las causas, solo hacer nuestro papel como autoridades administrativas y garantizar los servicios; ya serán las instancias correspondientes quienes resuelvan qué sucederá en un futuro inmediato”, sostuvo.
El presidente municipal añadió que parece que el tema lo acaba de tomar ahora sí de lleno el gobierno del estado y que estaría por resolverlo.
Cabe recordar que el conflicto por el control de la empresa se ha mantenido desde hace más de 14 años, pero se agudizó desde 2020, cuando el 26 agosto de ese año se llevó a cabo una asamblea general sin convocatoria oficial para tal efecto, donde se desconoció a Víctor Manuel Velázquez Rangel y José Antonio Marín Gutiérrez como presidentes de los concejos de administración y vigilancia, respectivamente, y en el que Federico Sarabia Pozo y Alberto López Morales se autonombraron como sucesores de Velázquez y Marín.
El hecho de mayor violencia e inseguridad que se vivió entre grupos antagonistas ocurrió la madrugada del 27 de abril de 2022, en la planta de cementos La Cruz Azul, asentada en Ciudad Cooperativa, Tula, y las instalaciones fueron objeto de un ataque por parte de un grupo de choque, supuestamente contratado por Víctor Manuel Velázquez y José Antonio Marín, a fin de recuperar la planta cementera, que desde hacía más de un año mantenía en control Federico Sarabia Pozo. Este hecho derivó en la muerte de ocho personas, quema de autos y de la subestación eléctrica de la fábrica.
En los meses subsecuentes a dicho ataque sobrevinieron otros dos intentos (aunque menores), pero también causaron daños y hubo detenciones de hombres armados, robo de autos con violencia, detección y desmantelamiento de casas de seguridad y bloqueo de calles, entre otros.
No obstante, en los últimos siete meses no se han suscitado hechos de inseguridad ni brotes de violencia entre ambos grupos ni la sociedad civil de Cruz Azul.