Oliver García.- Erradicar corrupción e impunidad de Hidalgo para que los
recursos se apliquen correctamente y se fomente el desarrollo con respeto a los
sectores vulnerables para devolver la dignidad a la política, fue el compromiso
de Julio Ramón Menchaca Salazar como el primer gobernador del estado.
Menchaca rindió la protesta de ley al cargo y asumió las riendas de la
administración acompañado del secretario de Gobernación, Adán Augusto López
Hernández, en representación del presidente; el canciller Marcelo Ebrard; el
presidente del Senado, Ricardo Monreal, y la jefa de Gobierno de la Ciudad de
México, Claudia Sheinbaum, entre otros mandatarios.
«Es la oportunidad de construir de la mano del pueblo, la anhelada
alternancia para Hidalgo. Después de 93 años, la ciudadanía decidió, de manera
libre y democrática, por un cambio, un cambio para terminar con las malas
prácticas de un sistema que ya se fue para siempre», señaló ante los
coros de los asistentes que gritaban «sí se pudo».
Los problemas son numerosos, pero dijo confiar en que unidos se superarán,
pues » con el pueblo todo y sin el pueblo nada».
A partir de este día empezaremos a combatir los bajos para desmantelar el
sistema que nos ha lastimado a todos. Hoy inicia la lucha a favor de la
igualdad de género, de las personas adultas mayores, de los grupos de la
diversidad y de las personas con discapacidad. La esperanza venció a la
imposición.
Pese a los retos, dijo, son mayores las oportunidades para generar un cambio
profundo y decidido, pues la visión es que las nuevas generaciones tengan un
Hidalgo con «piso parejo» para que todas y todos puedan cumplir sus
sueños.
«Esta tierra de gente noble y trabajadora merece vivir de manera digna
y salir adelante. Garantizando el bienestar con un gobierno honesto, justo y
cercano, con crecimiento y desarrollo económico».
Aseveró que se invertirá en programas que garanticen acceso a la justicia,
seguridad, empleo bien remunerado, salud, educación, derecho al agua,
conectividad y el respeto a los usos y costumbres de las comunidades
originarias dentro del marco de la ley.
«El objetivo es claro: gobernar para el pueblo y con el pueblo. La
historia de Hidalgo no puede ser cambiada por una sola persona, les invito a sumar
esfuerzos».
Se pronunció por regresar al ejercicio del poder su sentido ético y moral,
la dignidad, sin frivolidad ni opulencia, con un gobierno transparente y
austero.
Señaló
que existe la responsabilidad de construir una propuesta postneoliberal y
convertirla en un modelo viable de desarrollo político, de demostrar que sin
autoritarismo y sin excluir a nadie se puede construir un mejor estado. Siempre
bajo las premisas de no robar, no mentir y no traicionar
