Miguel Á. Martínez. Tula de Allende. Una pipa, un automóvil compacto e incontables árboles todavía se encuentran en el cauce del río Tula ante la falta de desazolve del cuerpo de agua, tras las inundaciones del pasado septiembre, siniestro que dejó un saldo de más de 35 mil damnificados en la demarcación.
En recorrido por las proximidades del río a la altura del antiguo puente naranja del ferrocarril, se pudo constatar la presencia de los dos automotores, los cuales permanecen impávidos a la espera de ser retirados en el momento en que se realicen las acciones de dragado del afluente.
La limpieza del raudal -al menos de los residuos de la anegación- fue comprometida por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), desde el pasado 6 de noviembre, dos meses después de la sumersión de la zona urbana en los líquidos residuales.
En aquella ocasión el Ejecutivo federal adelantó que, a partir del 8 de noviembre, se vería en la Ciudad de los Atlantes a numerosos contingentes de elementos de la Secretaría de Marina y de personal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) quienes se encargaran de los trabajos de aseo del cuerpo acuoso.
López Obrador, aseveró que el desazolve formaría parte de la primera etapa de las obras en el río Tula para evitar una nueva inundación, sin embargo, la promesa no se ha cumplido.
Lo único que se ha sabido del tema, es que, en los primeros días de enero, se tuvo la visita del director general de Conagua, Germán Martínez Santoyo, quien presuntamente vino a poner en marcha la encomienda del presidente; no obstante la Marina y la Conagua se limitaron a hacer presencia en la zona de La Mora, de la colonia La Malinche.
Ahí, por medio de dos grúas apostadas en las orillas del río Tula, se dedicaron a rascar las laderas del cuerpo de agua a fin de ensanchar poco a poco el mismo, pero de desazolve nada.
Vecinos del fraccionamiento Chapultepec de la colonia Jalpa, externaron ante este medio su preocupación ante la falta de cumplimiento del gobierno federal respecto al dragado del río, pues dijeron que esto puede generar nuevos taponamientos en caso de una nueva crecida del afluente.
Dijeron que, a lo largo del caudal del cuerpo de aguas negras hay por lo menos siete vehículos de diferentes tamaños que fueron arrastrados por la fuerza del agua durante la pasada inundación. Además de que hay cientos de troncos de considerable tamaño que también representan un factor de riesgo,