Alberto Witvrun.- En los últimos días de agosto y primeros de septiembre de 2023, en el pequeño rancho frente al monumento a El Balsero en Atlapexco los hermanos Joel y Julián Nochebuena Hernández, habrían resuelto sus diferencias, protegidos por el portal de la casa desde donde se domina parte de la propiedad y el redondel donde en días de fiesta se juega a los gallos.
Pero el accidentado camino en Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para definir quien tendrá la candidatura en este municipio huasteco con amplias posibilidades de gobernar los siguientes tres años, revive las diferencias familiares y pone en riesgo el cacicazgo iniciado por su abuelo Julián y continuado por su padre Antero el siglo pasado, el que han mantenido a través de diferentes partidos políticos.
Joel Nochebuena impulsa a Gabriela Naranjo Bautista y Julián Nochebuena a la regidora Marcelina Flores Hernández, sin considerar que el menor de los hermanos, Chano Nochebuena pareja de la candidata al senado Simey Olvera Bautista, también quiere mantener la “tradición” de que un Nochebuena gobierne este municipio donde en 1977 surgió el movimiento indígena independiente con la organización 14 de Mayo.
Ya se duda que contrario a la buena costumbre de sentarse a la mesa familiar para resolver diferencias, está vez no escuchen consejos y cada quien mantenga su ruta, lo que abriría el camino a nuevas opciones que bien puede ser el principio del fin para la hegemonía de esta caciquil familia que pocas veces ha compartido temporalmente el poder como sucedió hace más de dos décadas con Bonifacio Naranjo. Y mientras ellos no salven sus diferencias, allanan el camino a la enfermera Itzamara Gutiérrez Salazar, mujer de ideas progresistas, que abandonó las filas priistas en 1994, después del homicidio de Luis Donaldo Colosio, quien por cierto ese año arrancó su campaña proselitista en la Huasteca.