Alberto Witvrun.-Gloria Hernández de alrededor de 60 años, llegó la mañana del martes con una bolsa que contenía diez tortas, destinadas al personal médico y administrativo que labora en la primera línea del combate al Covid-19 en el hospital inflable que se levanta a los pies de la Diosa de los Vientos, su dirección está en el pueblo de Venta Prieta, no quiso fotografías, solo rendir homenaje a quien todos los días arriesgan su vida por salvar a otros.
Lo que contrasta con quienes aprovechan la emergencia sanitaria; así el gobierno federal la utiliza para continuar su guerra contra la iniciativa privada y cancela proyectos generadores de energía eléctrica renovable para convertir a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en proveedor único, a un alto costo económico y ambiental, para que esta empresa sea la consumidora del combustóleo que Pemex no tiene donde vender ni donde almacenar.
De paso Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) propone darle atribuciones de policía fiscal al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) para investigar los bienes de cada mexicano, para determinar la riqueza, además “legaliza” la militarización del país, la que el presidente en campaña juró y perjuró que no haría al contrario que regresaría a los soldados a los cuarteles.
Pero no sólo el presidente en aras de imponer su proyecto, saca raja de la pandemia y nombra a más de 300 municipios libres de Covid-19, el territorio de La Esperanza, que tiene su trasfondo político, si recordamos que el slogan de Morena, fue La Esperanza de México; hay otros sin escrúpulos, el mejor ejemplo es el Movimiento Antorchista que hace campaña aprovechándose de la pobreza que aqueja en la sierra hidalguense.
Así a cambio de unos cuántos pesos toman fotografías a familias pobres y les colocan enfrente cartulinas exigiendo despensas a los gobiernos federal y estatal y en algunos casos culpando al gobernador de no apoyarlos en la emergencia sanitaria actual, con lo que han instrumentado una campaña en redes sociales, que también es cierto ha encontrado el rechazo de muchos cibernautas, porque es grotesca y se observa la manipulación.
En medio de esto, sin duda alienta actitudes y acciones como la de Doña Gloria Hernández, una mujer que por vivir cerca de donde opera el hospital inflable se ha percatado del esfuerzo de los profesionales de la salud y llevó una muestra de solidaridad sin buscar nada más que la satisfacción de contribuir a preservar el ánimo de quienes y el propio presidente trató de descalificar.