Alberto Witvrun.- Entre los síntomas del caciquismo que no terminan de ser extirpados con la alternancia y
el cambio de régimen está el aprovechar la posición para abusar por el capricho de que no
hay nada que no se quiera que no se pueda obtener por las malas, lo que sucede en San
Agustín Tlaxiaca que forma parte de la zona metropolitana de Pachuca.
Ahí los deseos del Señor del Zapato Arturo Belem Hernández Máximo presidente
municipal por azares del destino porque el candidato priista Felipe Hernández González
falleció a una semana de la elección, lo que fortaleció a quien se le considera el hombre
fuerte de esta municipalidad que registra importante crecimiento urbano.
Hoy el antojo de Arturo Belem, son 8 hectáreas que un particular adquirió en subasta del
Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (Indepro) en el 2019, que el ayuntamiento
presidio en 2007 por el panista Mauro López Olvera entregó al Sistema de Administración
Tributaria (SAT) para cubrir un adeudo por el Impuesto Sobre la Renta (ISR), polígono
sobre el cual pese a saberlo la administración del priista Severiano López Olvera construyó
en 2011 un lienzo charro.
De la subasta fue notificado el ayuntamiento por el Indepro y no mostró interés, así que el
terreno fue vendido a un particular, propiedad acreditada en el Registro Público de la
Propiedad (RPP) en 2020 , con un valor catastral superior a los 9 millones de pesos; lo que
disgustó a Hernández Máximo que quiso comprarlo en el 50 por ciento de su valor
comercial.
Al negársele el Señor del Zapato, encolerizo y mantiene acciones para obligar al
propietario a vendérselo; así sin permiso alguno utilizan el lienzo charro que por haber
sido construido en terrenos ajenos es propiedad del dueño del polígono que
constantemente invaden y cuando algún comprador lo visita es amedrentado o mal
informado en el ayuntamiento.
Para ello Arturo Belem Hernández, un residuo de la etapa caciquil de Hidalgo utiliza a ese
siniestro personaje que se hace llamar el Charro de Cristo para obligar al propietario que
adquirió esta superficie en subasta legal del Indepro a vendérselo a precio de regalo, lo
que sería un robo; caso que hay que tomar en cuenta ahora que fue creado el Instituto
Hidalguense para Devolver al Pueblo lo Robado.
