Alberto Witvrun.- Conforme los gobiernos municipales cumplen con la obligación de informar el estado que guardan sus administraciones, en el compromiso político de transparencia y rendición de
cuentas, dejan una estela que en los 46 que tienen marca de Movimiento de Regeneración
Nacional (Morena) deben ocupar al gobierno para no generar preocupaciones en los
próximos compromisos electorales.
El balance no es positivo en la mayoría de los municipios donde se ha llevado este
constitucional ejercicio gobernados por morenistas hay manifestaciones de inconformidad
ciudadana más allá de las diferencias intestinas o con los grupos opositores que de no
atenderse ahora generarán crisis mayores a las que ya se observan o pulsan en las calles y
plazas públicas.
Malos servicios e inseguridad, acusan regidores de todos los partidos, enfrentamientos
estériles por imposición y soberbia de los presidentes municipales y desatención a la
población, señalamientos de los que se escapan apenas una docena de alcaldes, aunque
este mal no solo es de los morenistas también incluyen a los otros 38 gobiernos
municipales en manos de postulados por otros partidos.
El tema de la inseguridad y el mal estado de calles y alumbrado, son quejas principales,
aún así nada se hace y se registran casos extremos a pesar de que esos temas ya los ubicó
la dirigencia nacional de Morena a través de su presidenta Luisa María Alcalde Luján como
agenda nacional municipalista.
Pero más allá, aquí le debe preocupar a la dirigencia morenista y al gobierno mismo, que
los malos gobiernos municipales se reflejen en las urnas en las elecciones del 2027, y no se
tienen que esforzar mucho para corregir el rumbo, solo realizar una evaluación de como
les fue a los alcaldes en sus informes, para llamarlos a cuentas ante de que sea tarde y
conduzcan a Morena a varias derrotas.
