Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- La regidora Ivonne Ponce Sobrevilla expuso en el cabildo la problemática que viven personas con discapacidad (PCD) al intentan transitar por la recién renovada calle 5 de Febrero del centro de Tula.
Se apoyó en un video donde Macario Maya, que tiene que valerse de silla de ruedas, enlistó las deficiencias en la infraestructura de la vialidad (rampas). En la secuencia de imágenes, el ciudadano pide a las autoridades retomar la obra con el objetivo de brindar a todos los sectores sociales la oportunidad de desarrollarse igualitariamente, y poder llevar una vida normal en la medida de lo posible.
Entre las normativas incumplidas respecto a la renovación de banquetas y guarniciones que ejecutó el municipio, con un costo superior a los 3 millones 200 mil pesos, se encuentran la NOM-030-SSA3-2013, referente a la accesibilidad en espacios públicos, y la NOM-034-STPS-2016, sobre la seguridad en pendientes para PCD, indicación y pasamanos.
Asimismo, se da una violación de derechos humanos y principios constitucionales contenidos en los artículos primero y cuarto.
Se tiene una infracción a la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad e incluso se puede hablar de discriminación estructural desde la obra pública.
Macario Maya señaló que los problemas con las pendientes de la calle 5 de Febrero son banquetas chuecas, topes en las rampas que impiden el libre tránsito, además de otras infraestructura en medio de ellas, como postes y maceteros.
Previamente, vecinos de la multicitada arteria vehicular expusieron que las rampas no tienen señalización del símbolo internacional de accesibilidad, que su ancho es menor a un metro con 20 centímetros (algunos tramos tienen hasta 80 centímetros), lo que, además de constituir una violación a la normatividad vigente en la materia, impide la correcta funcionalidad de las rampas que, dicho sea de paso, presentan una pendiente mayor al 8 por ciento.
También se tiene que en la esquina de 5 de Febrero con 16 de Septiembre se encuentra una coladera frente a una rampa y se tienen bordes de hasta 10 centímetros, que dificultan la circulación de una silla de ruedas o el paso de una persona con muletas.
Deficiencias similares se detectaron desde un principio en la misma vialidad, pero en la esquina con calzada Melchor Ocampo (frente a la primaria Venustiano Carranza) la rampa es tan reducida que no cabe una silla de ruedas.