El Pachuca despidió ayer a uno de los últimos referentes de su vestidor. Este jueves marcó el final del camino para Gustavo Cabral, quien vivió su último día como tuzo, cerrando así un ciclo de seis años en la institución, poniendo punto final a una carrera profesional que dejó huella en la Bella Airosa.
El Sargento llegó a la capital hidalguense en 2019, entre la incertidumbre y el escepticismo, debido a su edad y al cambio de ritmo que suponía la Liga MX. Pero en poco tiempo, transformó las dudas en respeto.
Con liderazgo natural y solidez defensiva, Cabral se convirtió en el pilar del vestuario, ganando incluso la cinta de capitán.
Durante su estadía, fue pieza clave en momentos históricos recientes del club: el título del Apertura 2022, la Concachampions 2024, así como los triunfos en el Derbi de las Américas y la Copa Challenger. En total, disputó 201 partidos, marcó 11 goles y dio una asistencia, cifras que reflejan su consistencia como defensor.
Aunque el club buscó su permanencia en un nuevo rol como técnico, Cabral eligió volver a casa para cerrar su ciclo. El Mundial de Clubes será el epílogo de su legado, el cual ya quedó inmortalizado con un palco a su nombre en el estadio Hidalgo.
El adiós de Cabral marca el fin de una era… y el inicio de otra en la historia Tuzo.