Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- Miembros de la comisión del medio ambiente del ayuntamiento urgieron a la Dirección de Protección Ambiental a generar una estrategia para el rescate del Parque Nacional Tula antes de que muera, pues se encuentra en una situación crítica ante la infestación de los árboles y cactáceas de la plaga del heno motita.
La preocupación de los ediles quedó de manifiesto durante una mesa de trabajo de la Comisión de Medio Ambiente de la asamblea, en la que además se presentó un bosquejo preliminar del Plan Municipal que habrá de seguir la dirección en la materia para la protección al ambiente de la localidad.
El citado bosquejo se extiende hasta el año 2032, y no se ciñe al periodo de la administración 2024-2027, pues la directora del área, Elizabeth Pérez Vargas, explicó que abarca los 12 años que durará la restauración ambiental de la zona de influencia de la presa Endhó, dentro de la cual se contempla Tula.
En cuanto al rescate del Parque Nacional Tula, que abarca una superficie de 99.5 hectáreas, los regidores Edgar Reséndiz Sánchez y Noé Paredes Meza dijeron que al menos el 90 por ciento está invadida del también llamado clavel del aire, cifra que coincide con la proporcionada por grupos ambientalistas de Tula y su región.
Reséndiz Sánchez refirió que por la presencia de la brujita, como también se le conoce, diversas especies vegetales endémicas se están perdiendo o están en riesgo de perderse, entre ellas el equinocatus tulensis (una especie de microbiznaga) cuya existencia únicamente se registró en el polígono del Parque Nacional.
El heno motita no es una plaga como tal, sino que se trata de una planta epífita, es decir, no solo se alimenta de los ejemplares, sino que se adhiere a él; sin embargo, una vez hospedada en el árbol, impide el paso de los rayos del sol hacia el árbol, evitando el proceso de fotosíntesis y causando la muerte gradual del eje.
Ante la urgencia del grupo de regidores, Pérez Vargas indicó que se trata de un área restringida al albergar también a la zona arqueológica de Tula, y su conservación y protección le corresponde al gobierno federal a través del INAH y la Semarnat, pero se tratará de hacer las gestiones correspondientes.
Cabe resaltar que el Parque Nacional Tula obtuvo tal distinción desde el 20 de noviembre de 1981, por lo que anualmente debería recibir recursos federales para su conservación; no obstante, solo se recuerda una inversión para tal efecto, la cual fue liberada hace año y medio (en el presupuesto 2024).