Alberto Witvrun.- Entre lo que queda de priismo en Hidalgo se mantiene en las dos últimas semanas la polémica declaración de la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional y dos veces candidata perdedora a la gubernatura y Senado de la República, Alma Carolina Viggiano Austria de llamar a los arrepentidos a volverse a sumar al Revolucionario Institucional (PRI) excepto a los traidores.
La respuesta de un importante porcentaje de quienes, con recursos propios, sin apoyo alguno contendieron por el tricolor en 2024, es que regresarán cuando ella y su mayordomo político Marco Antonio Mendoza Bustamante se vayan, porque ellos son los que van de traición en traición y botón de muestra mencionan lo sucedido en Tulancingo de Bravo, donde sin consultar a las estructuras y menos a la base impusieron a Fernando Pasquel.
Si eso no es traición, entonces la del Grupo Plural Independiente (GPI) de Omar Fayad tampoco lo es, además insisten en que Mendoza Bustamante giró cheques sin fondos y no pagaron a representantes de casilla y no recibieron un peso para campañas; la pregunta es donde quedaron las prerrogativas, además de incumplir compromisos políticos y bloquear la llegada a una candidatura de cualquiera ajeno a sus intereses.
Por eso desde esos grupos locales, se alienta a los hermanos Rojo García de Alba a abandonar las filas priistas, porque es lo único que ata a estos grupos regionales al PRI, lo que no consideran un acto de traición, si de congruencia histórica porque la dirigencia nacional no representa al priismo revolucionario al que contribuyó a crear Javier Rojo Gómez.
Además que ellos ya fueron traicionados por Carolina Viggiano y Alejandro Moreno, a José Antonio en el proceso de renovación de dirigencia de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y a Jorge le bloquearon la candidatura a diputado federal de representación proporcional; de la decisión de ambos depende en 2027 aunque no le guste a la Senadora de la República, el sepelio del nueve décadas partido hegemónico.
