Miguel Ángel Martínez. Tepetitlán.- Después de que habitantes de 18 localidades ribereñas a la presa Endhó de Tula y Tepetitlán reportaran la muerte de decenas de animales de granja a consecuencia de las picaduras del mosco Cúlex cuyo hábitat principal es el lirio en el cuerpo de aguas negras, emplazaron a las autoridades a responder por sus pérdidas.
Responsabilizan al gobierno del escenario crítico que padecen, por la infestación del que se manifiesta en cientos de miríadas y describieron que después de varios días de ser picados, sus ejemplares: borregos, chivos, conejos, perros y hasta vacas y caballos «les da la temblorina, se postran de la nada, les da fiebre, no aguantan y se mueren».
Reiteraron que hace falta quién les responda por estas pérdidas, que afectan de manera directa su economía porque en muchos casos la crianza de animales es a lo que se dedica la familia, «si por las picaduras se nos muere un animal al que hemos alimentado por uno o dos años hasta la edad adulta, nos genera importantes pérdidas porque hemos invertido en alimentación durante largo tiempo y no es justo que por la negligencia de las autoridades tengamos esta clase de mermas».
Adelantaron que si el escenario prevalece (mortandad de animales), entonces serán capaces de ir a dejar los animales muertos a la puerta de la casa del pueblo o del presidente municipal, Cristhian Evanivaldo Martínez Reséndiz, «para ver si así le da tantita vergüenza», ya que hasta el momento no los ha acompañado en ninguno de los procesos que los han afectado respecto a la plaga de zancudo.
Reconocieron que, a diferencia de los animales, la picadura de los insectos no ha sido mortal para ningún ser humano, pero llamaron principalmente al gobierno federal a hacer algo antes de que este escenario cambie y empiece a haber muertes humanas.