Arturo G. Alanis. Ixmiquilpan.- La presidenta municipal Araceli Beltrán Contreras inauguró con bombo y platillo la “obra de rehabilitación de la Sala de Cabildos”, en la sede del ayuntamiento, pero ese espacio raramente es utilizado por los integrantes del cuerpo edilicio, por lo que no se hicieron esperar las críticas ciudadanas.
Y es que los dos síndicos, 15 regidores y la alcaldesa tienen por costumbre sesionar, la mayoría de las veces, en modo virtual, aunque ya no haya pandemia, desde la comodidad de sus viviendas, o inclusive desde sus vehículos o donde les acomode, pero rara vez se reúnen en la recién remodelada Sala de Cabildos.
Con la presencia de sus “invitados especiales”, entre estos algunos munícipes y funcionarios de su gabinete, Araceli Beltrán presumió que “el recinto donde se expresa la voz del pueblo se ha merecido estar a la altura, con un espacio digno y funcional que enmarque el diálogo y la expresión de las ideas, velando en todo momento por el bienestar de las personas y las comunidades”.
Sin embargo, la alcaldesa no dio pormenores sobre el costo de la remodelación ni refirió la empresa que estuvo a cargo de los trabajos, que incluyeron aplicación de pintura, sustitución de mobiliarios y colocación de una pantalla, calificando esta acción como “un acto solemne, el cual forma parte de la transformación en la forma de gobernar”.
Igualmente presumió que ese recinto “representa los valores del diálogo, la democracia y acuerdos que garantizan el desarrollo social, cultural, político y económico de Ixmiquilpan”, esto, a pesar que la Asamblea Municipal contadas veces hace públicos los asuntos, decisiones y convenios a su interior, aparte de que la gran mayoría de las sesiones ni son abiertas al público ni son transmitidas vía redes sociales.
Eso sí, Araceli Beltrán se atrevió a señalar que “la comunidad de Ixmiquilpan se enorgullece por contar con un lugar acorde a su importancia histórica y cultural, donde el gobierno municipal demuestra que siempre está buscando el bienestar social”.