Alberto Witvrun.- Cuando hace un mes en reunión de gabinete ampliado el gobernador Julio Menchaca
Salazar les sugirió a quienes integran su equipo que hicieran política no se refirió a acudir
como manifestación a los cursos de adoctrinamiento convocados por Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena) que debe cumplir quienes aspiren a un cargo de elección
popular en 2024.
Este fin de semana el teatro San Francisco se vio abarrotado por secretarios, funcionarios,
diputados locales y federales, presidentes municipales, regidores y decenas de militantes y
simpatizantes que sueñan con ser postulados por Morena soñando que pueden hacer su
realidad su sueño de gobernar sus municipios de origen si son postulados por el partido en
el poder.
Pero los secretarios con una lectura equivocada, porque el titular del Ejecutivo les pidió
hacer contacto con la gente y difundirlo, lo que se coloquialmente se llama trabajo de
tierra, para posicionarse y posicionar al gobierno institucionalmente y atender las
demandas directas e incluso personales, que la población sienta que los funcionarios
realmente son servidores públicos, lo que se refleja en las urnas electorales.
No asistir a los cursos, que desde luego les hacen falta para entender los principios de
Morena, porque hay quienes no están afiliados y generan malestar entre los llamados
fundadores que se sienten desplazados por quienes consideran oportunistas y buscan
saltar de un cargo administrativo a otro de elección popular lo que puede generar
deserciones o contra campañas en un buen número de municipios.
El reto de la dirigencia estatal encabezada por Marco Antonio Rico Mercado no es fácil,
tiene que lograr equilibrios porque el interés personal y de grupo a los cursos, pueden
dañar la construcción de estructuras que hagan de Morena un partido político con
presencia estatal, porque hoy aún no lo es y, es posible que no le alcance para cambiar la
geografía política actual.
