Alberto Witvrun.- El precio del dólar es utilizado políticamente por quienes apoyan al gobierno federal al
ubicarlo como un logro presidencial porque se ubica por debajo de los 19 pesos 18.39 ayer
para ser precisos, pero no quieren darse cuenta que es un espejismo financiero porque la
realidad indica que la economía no se recupera, basta revisar la inflación que está por
encima del 7.1 por ciento la más alta de los últimos 22 años.
Pero nadie valora el impacto que esto tiene en las remesas que los migrantes mexicanos
envían, porque sus familias reciben menos dinero, por tanto, esto ya se refleja en la caída
de los consumos en las zonas con un alto nivel de población que se ha ido a la unión
americana en busca de oportunidades y de mejores condiciones de vida para sus familias,
pero eso no es todo en nuestra maltratada economía.
Porque la economía familiar de la gran mayoría de los mexicanos recibirá otro duro golpe
a su economía en un par de semanas al anunciar Grupo Maseca (GruMa) un fuerte
incremento en el precio de la tonelada de harina de maíz, principal insumo para la
elaboración de la tortilla producto esencial en la canasta básica de alimentación por lo
menos del 90 por ciento de los mexicanos.
En un aviso a los industriales de la tortilla GruMa, anuncia un aumento de mil 250 pesos
por tonelada a partir de marzo explicando que hasta el 24 de febrero venderá el producto
al precio actual, que fluctúa entre 14 mil y 17 mil pesos tonelada desde agosto de 2022 y
de confirmarse el nuevo incremento repercutirá en el consumidor final porque el precio
de la tortilla puede rebasará la barrera de los 25 pesos por kilogramo.
Es decir que un kilo de tortilla tendrá un costo aproximado de dólar y medio, cuando hace
tres costaba entre 55 y 60 centavos de dólar, así que debería preocupar que suba el precio
de la tortilla y no aplaudir la caída del dólar con relación al peso, porque quien sale
perdiendo es la clase asalariada del país.
