Alberto Witvrun. – A 17 meses de la elección de ayuntamientos que se empata con la de diputados locales y la federal, la dirigencia estatal de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tiene la madeja enredada y no encuentran la hebra por el contrario las recientes reuniones de su presidente Marco Antonio Rico Mercado, ofrecen un difícil escenario y el tiempo no parece suficiente como para cumplir sus expectativas.
Morena padece el Síndrome Patiño que se define como la exigencia de los ex perredistas que al no alcanzar posiciones y postulaciones queridas emigraron a Morena y hoy con el “titulo de propiedad” de este instituto político siente tener el derecho de ser postulados, aunque no garanticen un resultado favorable.
Pero además si los integran a un proyecto no suman, pero si no los haces son expertos en contra campañas, en lo que se especializó el ex diputado federal Francisco Patiño Cardona flamante director de Consejo de Ciencia, Tecnología e Innovación de Hidalgo (Citnova) y este fenómeno no se resolverá con el curso que propone el presidente estatal Marco Antonio Rico Mercado.
Otro problema para Morena, es que un sondeo establece que si hoy fueran las elecciones municipales Morena no ganaría en la mayoría de los municipios que gobierna: Nopala de Villagrán, Tizayuca, Tepeapulco, San Salvador, Acaxochitlán, Tenango de Doria incluso varios de los que ganó mediante coalición: Actopan, Progreso de Obregón e Ixmiquilpan.
Quienes pudieran salvarse de la quema son Mixquiahuala de Juárez, Metepec, y Chapantongo, pero mucho dependerá de quienes sean los candidatos, además habrá que esperar que curso toman en los meses siguientes las negociaciones con los partidos del Trabajo (PT) Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza Hidalgo (PanalH).
Si este panorama no fuera suficiente hay que esperar como actúa el Clan Sosa que tiene dos posiciones estratégicas: la secretaría general y la presidencia del Consejo Político, porque su jefe político Gerardo Sosa no se conformará con un bajo porcentaje de candidaturas, tampoco el delegado de Bienestar Abraham Mendoza Zenteno, sin duda prueba de fuego para su presidente y los operadores políticos del nuevo régimen.