Miguel Á. Martínez. Tula de Allende. El Consejo de Administración de la empresa La Cruz Azul, que preside Federico Sarabia Pozo y que tiene en control la planta cementera de la firma asentada en Jasso, Tula, celebró el pronunciamiento del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), acerca de instruir al secretario de Gobernación, Adán Augusto López atender el conflicto de la Cooperativa.
“Aunque el tema político siempre va a ser frío, y ellos no lo viven en la misma medida que nosotros, y, aunque el presidente dice que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no nos reconecta la luz, que mantiene parada nuestra fábrica por un mandato judicial y no es así, nos da gusto que haya instruido a Gobernación atender el tema”, expresó en conferencia de prensa el directivo.
Federico Sarabia dijo que su congratulación se da porque el de la Cruz Azul es una problemática federal, porque la empresa tiene presencia en varios estados, y, aunque hablando a nivel local, el gobernador Julio Menchaca -a quien se le había instruido anteriormente- sí les brindó la atención, él sólo puede enfocarse a nuestra planta, pero falta el resto de entidades donde se encuentran asentados.
Entonces, señaló, considera que es muy acertada la decisión de ordenar a Adán Augusto López tomar las riendas del asunto, “y que el presidente haya hablado de que percibe corrupción interna entre grupos de la empresa… eso les debe estar causando conflictos psicológicos a nuestro contrario Anzures”.
Sostuvo que, aunque la política también respeta la vida interna de las empresas, una solución al conflicto muy real es que el gobierno de López Obrador llame a una Asamblea general con todos los socios del núcleo de la Cruz Azul, a donde se elija a nuevos dirigentes o bien se ratifique a una de las partes.
Por último negó que él y su grupo pertenezcan a uno de esos dos grupos de “poderosos” que se disputan la cementera, ya que su parcialidad sólo es parte del sector de trabajadores que están en la resistencia por no permitir que a la Cooperativa se privatice.
“Yo de ninguna manera soy poderoso, ni económica ni socialmente, nunca hasta antes de 2020 tuve cargos directivos, y los trabajadores me eligieron por eso, porque saben quién soy”.
Cabe señalar que, a la salida de Guillermo Billy Álvarez de la dirección de la empresa, José Antonio Marín Gutiérrez y Víctor Manuel Velázquez Rangel, presidente del Consejo de Administración y de Vigilancia reconocido como legal por la disidencia se disputan el control de la empresa con Federico Sarabia Pozo y Alberto López Morales, quienes se ostentan como representantes en los mismos cargos desde el 26 de agosto de 2020. Éstos dos últimos fueron electos sin una Asamblea general de por medio y por votación a mano alzada de los trabajadores.
Anteayer se cumplieron dos meses de corte eléctrico, de paro de actividades en la fábrica cementera Cruz Azul, lo cual ha generado pérdidas estimadas para el núcleo, de acuerdo a sus directivos por más de mil 350 millones de pesos, se dejaron de producir y comercializar al menos mil toneladas de cemento.