Arturo G. Alanis. Chilcuautla.- Vecinos de la comunidad de Santa Ana Bathá obligaron a una constructora local, para que reinicie una obra de pavimentación, porque presumiblemente no reunía las especificaciones técnicas, dejando al descubierto un probable acto de corrupción, así como un supuesto conflicto de intereses.
Por dicha obra de dudosa calidad, integrantes del Comité de Obras de Santa Ana Bathá responsabilizaron a la constructora y arrendadora Marmay, domiciliada en la zona centro de la cabecera municipal; en rede sociales, inclusive, no pocos señalaron, como supuestos propietarios de la empresa, a familiares del alcalde, Valente Martínez Mayor.
A principios del presente mes, las autoridades locales presumieron el seguimiento a los “trabajos de modernización” de la infraestructura municipal, por lo cual anunciaron el inicio de una pavimentación hidráulica, en el centro de Santa Ana Bathá, acudiendo personalmente el alcalde, acompañado de algunos funcionarios y regidores.
Sin embargo, apenas comenzaban los trabajos, integrantes del Comité de Obras de la comunidad detectó que el personal de la constructora vertió tierra con arena, en vez de tepetate, haciendo caso omiso a las características plasmadas en el expediente de la obra, de la cual a su vez acusaron que está a cargo de un técnico con dudosos conocimientos.
Así que el Comité de Obra de Santa Ana Bathá exigió el retiro de la tierra y arena, para recomenzar el relleno con tepetate, tal como lo marcan las especificaciones técnicas de la obra; de paso, reprobaron a la administración de Valente Martínez, por ejecutar obras de dudosa calidad y presumiblemente adjudicarlas a favor de una constructora de su familia.