Miguel Á. Martínez. Tula de Allende. Damnificados de la inundación del pasado septiembre en el centro Tula y nueve de sus localidades determinaron que, en próximos días, sin precisar cuándo, acudirán a manifestarse a Palacio Nacional, durante el desarrollo de las conferencias mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Reunidos en el teatro al aire libre de la ciudad, sin un líder visible, los habitantes dijeron que el objetivo de su futura movilización es enterar al Ejecutivo federal que están en desacuerdo con las obras que se realizan en este preciso momento en el río Tula, pues consideran que no garantizan que no se vuelva a sufrir una inundación, sino que sólo aumentan la cantidad de agua negra a recibir en el municipio.
Uno de los quejosos dijo que en vista de que, a nivel municipal y estatal, las autoridades inmediatas no les resuelven nada, pese a que ya se han sostenido cientos de reuniones desde que ocurrió la anegación, quieren saber si algo cambiará una vez que visiten a López Obrador y protesten en la mañanera.
Otro habitante dijo que, hasta ahora, a casi diez meses del desbordamiento del río no se ha hecho nada prácticamente para brindarle seguridad y certeza a los tulenses de que no van a perder nuevamente su patrimonio y hasta su vida misma por verse sumergidos en los líquidos residuales del Valle de México.
Una mujer reprochó que lo único que ha hecho la Comisión Nacional del Agua (Conagua) hasta ahora, es atemorizar a la ciudadanía, porque la llena de pánico con tanta advertencia sobre el incremento en los niveles del cuerpo de agua.
La segunda y tercera semana de septiembre, Tula y nueve de sus localidades sufrieron una inundación sin precedentes tras el desbordamiento del río Tula, emergencia que dejó a más de 35 mil damnificados.
Como solución a la problemática, el gobierno federal, a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) propuso la ejecución del Plan Hídrico de Tula, el cual pretende la rectificación, ampliación y revestimiento del río Tula, para aumentar la capacidad del afluente, de 250 a casi 700 metros cúbicos de agua negra por segundo.
La ciudadanía tulense, sin embargo, se dice en contra del aumento de líquidos residuales del Valle de México, por considerar que se enviará mayor contaminación a la ciudad, que ya fue catalogada como la más contaminada del mundo por la Organización de las Naciones Unidas en 2005.
Además de estar en contra por los perjuicios medioambientales que implica la obra, los damnificados denuncian frecuentemente violaciones a la Manifestación de Impacto Ambiental de las labores, así como señalar retrasos e inconsistencias en la obra.