Juan Manuel Pérez.- Se decretó la sentencia absolutoria en contra de Fernando Ríos Maqueda quien fue imputado por la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJH) por el homicidio doloso de Gerardo Sosa Cravioto, hijo de Gerardo Sosa Castelán.
Durante la audiencia el Tribunal de Enjuiciamiento determinó que el Ministerio Público (MP) no pudo demostrar la responsabilidad penal.
Los jueces que integraron dicho órgano colegiado desglosaron las pruebas y testimoniales que desecharon al considerar que no tenían validez probatoria porque no se realizaron con base en lo establecido en el Código Nacional de Procedimientos Penales.
Entre las pruebas que fueron desacreditadas fue el cateo realizado a la casa de Fernando la madrugada del 23 de marzo, donde ingresaron ocho investigadores, pero durante las declaraciones de los oficiales sólo se informó que fueron dos y un perito quienes entraron a la casa habitación.
En tanto, sobre el arma encontrada en el domicilio de Fernando N. que es calibre 0.45, en las pruebas de balística no se pudo determinar que tienen la misma huella de percusión (mismo martillo), por lo que no se tiene certeza en que sea la misma arma.
En lo que refiere al dictamen emitido por parte del perito psicólogo se mencionó que realizó su doctrina de cómo fueron las cosas después de que el imputado fue detenido.
Por lo tanto el tribunal decidió que en cuanto a las contracciones y dichos no se puede emitir una sentencia contradictoria en contra de Fernando Ríos Malqueda por lo que se decretó su liberación.
A partir de la lectura de sentencia, que ocurrió este miércoles, existe un plazo de diez días en el que la Procuraduría de Hidalgo podría impugnar la decisión de las autoridades judiciales.