Miguel Á. Martínez / Tula de Allende. “A dos meses y medio de la inundación que arrasó con todo nuestro patrimonio, en la casa, con mucho esfuerzo, mi esposa Sofía Ángeles y yo apenas comenzamos a levantarnos, unos días atrás regresamos al hogar que habitamos junto con nuestros hijos desde hace 20 años”, contó el señor Rodolfo Hidalgo Trejo, residente del fraccionamiento Chapultepec, que fue devastado por las anegaciones del pasado septiembre en Tula.
En entrevista, el hombre, contó que, en su caso, además de perder su vivienda, el agua negra del río Tula también acabó con dos negocios familiares que tenían hace menos de 80 días: una carpintería y una tienda de abarrotes, por lo que literalmente, tras la emergencia se quedó en la calle.
Describió también el peregrinar que tuvo que pasar durante poco más de dos meses después de quedarse sin casa a consecuencia del desbordamiento del río Tula: “otra vez fuimos nómadas, vivimos en las casas de tres amigos, en las de vecinos que no sufrieron afectaciones y hasta en las habitaciones de un hotel que conseguí que me prestaran”
En fin, prosiguió, de alguna forma teníamos que ver la forma de levantarnos, de volver a nuestros domicilios y no causar molestias, porque en casa de un amigo te quedas tres días y se los agradeces mucho, pero después de ese lapso ya no te sientes cómodo, ya te sientes como arrimado.
Dio a conocer que, en las reparaciones de su casa, ubicada en la calle Francisco Márquez, esquina con Agustín Melgar, hasta ahora ha invertido al menos 240 mil pesos, ya que tuvo que botar pisos, y aplanados de las paredes, y empezar de cero prácticamente, monto al que se suma la inversión para que poco a poco vayan resurtiendo la tienda familiar que tiene.
Aparte, afirmó que le faltan el gasto de la nueva electrificación, que, calcula, costará un aproximado de 15 mil pesos, por lo que, opinó que el apoyo que recientemente recibieron por 10 mil pesos del gobierno federal es nada, en comparación con las pérdidas que tuvieron.