Por Rogelio Hernández López
Ya son publicas dos intenciones, igualmente reprochables, de sacar de la Secretaría de Gobernación
(Segob) al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de los Derechos Humanos y
Periodistas.
La primera quedó asentada en la reforma de la ley federal que aprobó la Cámara de Diputados en
diciembre de 2020 para que el Mecanismo se convierta en un organismo autónomo. Falta que el
Senado apruebe tal aberración.
La segunda intención va más allá porque se propone que el Mecanismo desaparezca para ser
asimilado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Este segundo despropósito fue expuesto en un ensayo que difunde desde hace tres meses el
Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, A. C. (Casede) firmado por el influyente
académico y comunicador Leonardo Antonio Curzio Gutiérrez.
Ambas pretensiones parecen provenir de la enorme desilusión que causa el largo e irrefrenado ciclo
de asesinatos y agresiones contra estas dos poblaciones de actividades esenciales para las relaciones
sociales y democráticas.
En los dos casos, los diagnósticos del ciclo de agravios son justos porque enlistan la mayoría de
evidencias de un Estado disfuncional –como sostiene Leonardo Curzio—porque no puede
garantizar la protección y la seguridad públicas, pero yerran al pretender arrancar al Mecanismo de
la influencia directa de la secretaría política más poderosa del Poder Ejecutivo Federal.
Curzio atina en casi todo
El ensayo, muy bien documentado de Leonardo Curzio se llama Zonas de Silencio. La libertad de
expresión amenazada; es una de 23 reflexiones de académicos bastante acreditados en el Atlas de la
Seguridad y la Defensa de México 2020 que comenzó a ser difundido en julio de 2021 por Casede,
el principal promotor de ese Atlas, apoyado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la
República y la Universidad de las Américas, sede Puebla.
El hilo conductor y la contextualización del trabajo del académico son las agresiones que ocurren
mayoritariamente en los estados de la federación y siguen en aumento y que además han generado
zonas de silencio.
Curzio pondera sobriamente que “no existe una política centralizada para disminuir la libertad de
expresión y amordazar a la prensa, lo cual, a estas alturas es tranquilizador (pero)… la anomalía
mexicana proviene de la disfuncionalidad del Estado, no de la naturaleza autoritaria del
gobierno.”
En su análisis observa que en el país no se han desarrollado, en su totalidad, los mecanismos o
canales para que activistas y periodistas puedan hacer exigibles sus derechos a la justicia y la
protección que ya están asentados en leyes y políticas públicas.
“Hace falta –dice Curzio– que en dichos mecanismos (incluido el federal y la fiscalía especial)
mejore la interlocución entre periodistas en riesgo y el gobierno, y que se atiendan con diligencia
dos niveles en el corto y largo plazo:
“… en primer lugar, se debe proteger con eficacia a los periodistas en riesgo, garantizando su
integridad al 100%, para que su labor esté asegurada y…
“en segundo lugar, hay que generar en el largo plazo un ecosistema en el cual el ejercicio
periodístico no sea riesgoso.” (Para leer completo ese y otros ensayos
https://www.casede.org/index.php/biblioteca-casede-2-0/seguridad/seguridad-nacional/707-atlas-de-la-
seguridad-y-la-defensa-de-mexico-2020/file)
¿Cómo construir el ecosistema protector?
Pero el estupendo y breve ensayo del analista y comunicador patina al derivar su propuesta de
desaparecer al Mecanismo solo porque es menos conocido entre periodistas que la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Dice:
“Tal vez no sea vano que el Mecanismo se pueda asimilar a este órgano del Estado mexicano que
actúa de manera autónoma. Se debe reconocer que, tanto el Mecanismo como la Fiscalía, han
incrementado su confiabilidad, pero los números siguen siendo relativamente bajos ya que no es
completamente conocida y valorada su función.”
Lo que no alcanzó a desarrollar con amplitud el trabajo de Leonardo Curzio es su idea de generar un
ecosistema donde no sea riesgoso ejercer el periodismo.
Al respecto, recoge las recomendaciones que han hecho organismos internacionales defensores de
libertad de expresión de lo indispensable que es reducir los índices de impunidad y mejorar los
mecanismos de seguimiento de justicia y garantizar mejor la libertad de expresión y el acceso a la
información, pero no argumenta otras medidas para ese ecosistema, por ejemplo los aspectos de
previsión y prevención y no solo protección cautelar.
Desde 2014 circula una propuesta de un plan integral de medidas y políticas públicas para crear un
sistema de protección integral llamado Prontuario para fortalecer periodistas vulnerables que
difundieron la asociación civil mexicana Casa de los Derechos de Periodistas (hoy inactiva) y del
organismo estadunidense Freedom House (ver, https://studylib.es/doc/8075099/prontuario-para-
fortalecer-periodistas-vulnerables)
La intención central de esta propuesta ha sido recogida en parte por el Subsecretario federal de los
Derechos Humanos, Alejandro Encinas Rodríguez. Su argumentación se encuentra en el más
reciente informe de actuación y alcances del Mecanismo federal de protección a su cargo.
Según informó Encinas el reciente 5 de octubre algunas de las acciones que podrían estimular tal
ecosistema que refiere el académico Leonardo Curzio se realizan ya con soporte que brinda la
influencia y alcances de la Secretaría de Gobernación y que no podría hacer un organismo
autónomo (ejemplo el Conapred) o que no ha podido concebir la CNDH porque solo puede hacer
recomendaciones.
Encaminarse “hacia un Sistema Nacional de Prevención y Protección para personas Defensoras de
Derechos Humanos y Periodistas que, con modificación del marco normativo, establezca con
claridad la corresponsabilidad y competencias de las instituciones del Estado mexicano en esta
materia.
“Impulsar en las Fiscalías el seguimiento de las investigaciones de los casos de agresiones contra
periodistas y defensores y garantizar las sentencias por parte de la autoridad judicial.
“En lo inmediato, continuar con la firma de convenios de colaboración con las 32 entidades
federativas para: a) Generar política pública de prevención contra agresiones, amenazas y riesgos
de personas defensoras y periodistas; b) Intensificar la atención a la protección de los casos
vigentes y los que se sigan presentando; c) Establecer protocolos estrictos de seguridad que deban
atender las personas beneficiarias del Mecanismo.”
Y más todavía, para agregar paulatinamente a lo que ya hace el gobierno federal para ese
ecosistema que reduciría los riesgos para periodistas, se hacen propuestas de planes y programas
que reduzcan otras vulnerabilidades de periodistas con la intención de que en algún momento dejen
de ser objetos de protección para convertirse en sujetos activos de autoprotección con fortalezas
suficientes.
Tres áreas, con ejemplos concretos, que alimentarían más ese ecosistema favorable para ejercer el
periodismo o como lo llama Encinas: Sistema Integral de Protección:
UNO. Contra la vulnerabilidad profesional y social. Elevar las capacidades académicas,
profesionales y deontológicas de periodistas; reducirles vulnerabilidades sociales estructurales con
un programa de 5 años para titulación profesional por trayectoria, programas de actualización
profesional continua en empresas con instituciones de educación superior; facilitar su acceso a la
salud, créditos de vivienda y seguros de vida; y cuando estén en contingencia atención emergente en
salud, crisis psicológica, hospedaje y fondo para desempleo hasta por 6 meses…
DOS. Contra vulnerabilidad ante el régimen legal. Ampliar el andamiaje jurídico para reconocer
que el ejercicio del periodismo de las personas es de interés público y combatir la precarización
extrema en que ha caído la mayoría modificando leyes federal y estatales por derechos para el
ejercicio, derechos laborales, reformar leyes de educación y de profesiones para la colegiación
voluntaria y autodefensa profesional; despenalización a delitos de honor, reducción de sanciones en
los códigos civiles con la necesaria protección civil a terceros…
TRES. Contra vulnerabilidad organizativa profesional. Estimular tendencias a la colegiación
voluntaria; fomentar la red nacional para alerta temprana y reacción rápida ante agresiones;
cooperación con organismos civiles y profesionales para capacitar en autoprotección.
Algunas de estos planes y programas de pueden observar y analizar en el prontuario referido, pero
hay que insistir que es una aberración suponer que podría impulsarlos la CNDH por tantas
limitaciones que tiene, ni tampoco un Mecanismo con autonomía porque carecería del respaldo
directo de la Presidencia de la República y de las acciones desde la Secretaría de Gobernación que
ya coordina a varios gobiernos estatales y, dentro del Mecanismo, a la Secretaría de Seguridad
Ciudadana y otras, incluso influye en la Fiscalía General de la República.