Las voces femeninas fueron importantes en el movimiento estudiantil de 1968, por eso es relevante que se conozcan sus experiencias y vivencias, su sentir, sus ideales y su forma de influir en los acontecimientos del 2 de Octubre; “las mujeres también lucharon, luchan y seguirán haciéndolo” sostuvo la escritora Susana Cato y la activista Ana Ignacia Márquez La Nacha que fue parte de ese acontecimiento histórico
Esto en la conferencia La presencia femenina en el movimiento del 68, parte de las actividades en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) por el Día Internacional de la Mujer; Cato presentó su obra Ellas, Las Mujeres del 68, que reúne entrevistas de testigos, protagonistas o participantes involuntarias quienes transmitieron la huella que les dejó una de las mayores tragedias sociopolíticas del México contemporáneo.
Ignacia Rodríguez La Nacha, quien en esos tiempos era estudiante de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), relató cómo fue detenida y encarcelada dos años con Roberta Avendaño, La Tita en Santa Martha Acatitla, por ser partícipe del movimiento y defender los derechos de los estudiantes, que en ese entonces estaban siendo atropellados.
Recordó cómo en aquel tiempo se hablaba de la represión que sufrían los estudiantes y el apoyo que tenían del pueblo; “Hablábamos mucho de la irracionalidad del gobierno, queríamos diálogo público. En las brigadas mixtas o de mujeres, informábamos al pueblo de nuestras movilizaciones, este siempre nos apoyó, sin el pueblo no hubiéramos podido continuar con el movimiento”, expresó la activista.
“Nunca nos imaginamos que el gobierno tomaría la decisión de asesinar a estudiantes, el máximo temor era ser golpeado brutalmente, pero ser asesinado, nunca”, fueron las palabras que hicieron quebrar la voz de La Nacha, mientras narraba los acontecimientos vividos en su juventud.
Por Juan Crisóstomo