Por Rogelio Hernández López
Al iniciar 2019 un amigo muy cercano y colega me inquirió:
— Tú que eres un periodista de izquierda ¿qué crees que pasará con México cuando termine su gestión presidencial Andrés Manuel López Obrador, si es que lo dejan acabar?
Sonreí con el reto. Y sinceramente lancé una hipótesis, que a casi dos años de su gobierno parece confirmarse:
— Nada de él indica que quiera cambiar el régimen económico capitalista mexicano, pero si desbrozar sus excesos que producen más pobreza. Lo que es claro es que irá contra el régimen político aberrante que generó una elite desapegada de la mayoría y una partidocracia cómplice, que facilitó la corrupción en gran escala y mucha complicidad con la delincuencia organizada. Si logra cambiar todo esto, que no será poco, López Obrador se convertirá en la gran limpiador, en el restaurador del sistema y hará que la mayoría de la gente vuelva a confiar en sus instituciones y en la política…
Dos años después, hay indicadores en ese sentido. Veamos el más reciente:
Suben de 3 a 9 las instituciones confiables
El 16 de diciembre, Consulta Mitofsky, una de las empresas encuestadoras más serias, comenzó a difundir los resultados de su sondeo periódico que realiza desde 2004 sobre la confianza ciudadana en las instituciones. Y para quienes confían en esos indicadores de la percepción social aparecieron varias sorpresas.
La confianza de 7.1 puntos hacia arriba se califica como ALTA y ese nivel creció en promedio 4 décimas desde septiembre de 2019.
En confianza ciudadana ALTA resultaron 9 instituciones cuando en la medición anterior eran solo 3, dice Roy Campos director de la empresa.
Ese dato resalta porque “entre 2011 y 2016 se observó una disminución de la confianza en todos los actores políticos y sociales con excepción de la familia” según la Tercera Encuesta Nacional de Cultura Constitucional en México del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM difundida en enero de 2017.
El ejército arriba
Por eso, otra sorpresa para Consulta Mitofsky en diciembre de 2020 es que “el Ejército es la institución que más crece y eso le sirve para desplazar a Las Universidades como la más confiable”. Obtuvo 8 puntos.
Para contraste en octubre de 2016 había caído a 6.8 es decir estaba en confianza MEDIA.
Igual resalta que por primera vez la Guardia Nacional aparece entre las de confianza ALTA y desplaza a la cuarta posición a la Iglesia, “que llegó a estar la década pasada en lugar 1 y hasta 2018 en el 2”.
Regresa la Presidencia
Entre las 9 instituciones de confianza ALTA en la ciudadanía, Mitofsky destaca a la presidencia de la República que regresó al ranking de más ALTA confianza con 7.1 puntos. En octubre de 2017 esta encuestadora había registrado una aceptación de apenas 4.8 puntos.
Con Enrique Peña Nieto la confianza ciudadana en la presidencia fue decayendo desde el primer año que era de 6.6 puntos, como coinciden todas las mediciones, incluida la Tercera Encuesta Nacional de Cultura Constitucional en México de la UNAM de 2017. Algunos registraron que en octubre de 2018 la confianza ciudadana apenas fue de 4.3
En confianza MEDIA en diciembre de 2020 se ubicaron solo a seis instituciones porque otras subieron. Y otra sorpresa: “Por primera vez en los 17 años en que se mide la confianza “La Policía” se coloca en esta categoría cuando de 2009 a 2011 estaba en el último puesto”.
Hasta los medios se revalúan
Un caso del interés para periodistas son los medios de comunicación que en los periodos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto fueron arrastrados casi al mismo nivel de desconfianza ciudadana que la Presidencia de la República.
En el seguimiento que este reportero realiza de las encuestas similares, se registró que en el año 2000 (fin del régimen de Ernesto Zedillo) la credibilidad o aceptación ciudadana de los medios alcanzó puntajes muy ALTOS de entre 8.2 a 8.6 pero fueron decayendo casi en la misma proporción que la presidencia:
En 2009 (a la mitad del gobierno de Felipe Calderón) fue similar en ambos el registro de 6.1.
Para 2010 la Presidencia registró 5.7 pero los medios recuperaron entre 6.8 y 7 la confianza, aunque todavía estaban en nivel MEDIO
Entre 2012 y 2018 los índices de confianza en la presidencia cayeron como en tobogán hasta 4.3 pero los medios ya mostraban franca recuperación a fines de 2018. Según distintas encuestas, la confianza osciló los 6.9 puntos.
Todos estos datos son indicativos de que los medios no fueron arrastrados al descredito presidencial porque dejaron de ser aliados incondicionales del gobierno federal, porque desde Felipe Calderón y más con Peña Nieto, a pesar de las fuertes inversiones en publicidad fueron tomando distancia con más periodismo y más críticas a la administración federal.
Por eso en diciembre de 2020 llama la atención de la encuesta de Mitofsky que hayan pasado al nivel ALTO prácticamente todos los medios. Por ejemplo las redes sociales y la radio obtuvieron 7.4 y 7.2 puntos del indicador de confianza; los medios de comunicación en general (al parecer se colocan ahí a los impresos) hayan rebasado la franja de confianza MEDIA y lograran puntuación de 7.1 con excepción de la TV que quedó en 6.7.
En resumen, los medios de comunicación en general, incluidos los de presencia en redes sociales, han obtenido más autonomía y credibilidad entre ciudadanos. Eso les da fortaleza hasta para confrontar todos los días al Poder Ejecutivo.
Y de ese choque sistemático o hay quienes advierten que los grandes medios privados son parte de los limitantes estructurales para las transformaciones del país en las que no coincidan.
Las cinco limitantes estructurales
“Si AMLO triunfa o es derrotado depende de la maestría de gobernanza que sepa implementar, en un marco donde existen cinco camisas de fuerza inmovilizadora”.
Así lo señaló el 9 de diciembre, el sociólogo marxista avecindado en México, Heinz Dieterich. Su ensayo difundido por Aristegui noticias lo denominó La batalla por México: 5 camisas de fuerza frenan a la 4T. texto que provocó polémicas entre seguidores del presidente López Obrador. (ver https://aristeguinoticias.com/0912/opinion/la-batalla-por-mexico-5-camisas-de-fuerza-frenan-a-la-4t-articulo/)
Con palabras de este reportero los limitantes estructurales que refiere el investigador académico son: la relación con Estados Unidos, el poderío de inversiones del gran capital trasnacional en México, los aparatos ideológicos donde incluye a los corporativos privados de medios de comunicación y la iglesia católica, la clase media ilustrada y las inercias de la burocracia que no quiere perder ventajas ganadas en los sexenios del neoliberalismo rampante.
En sus conclusiones Heinz Dieterich afirma:
“Las cinco camisas de fuerza de la 4T no proporcionan, por supuesto, una métrica científica del éxito o fracaso del proyecto de Andrés Manuel López Obrador. Más bien, definen los límites del polígono de planeación, dentro de los cuales el presidente tiene que optimizar su gobernanza.
Y advierte: “La renuncia del Chief of Staff del Palacio Nacional, Alfonso Romo, cuya misión consistía en servir de interfase proactiva entre el Estado y el Gran Capital, junto con el mega empresario Carlos Slim; el juicio público sobre el preocupante manejo de la pandemia del Covid-19 en México emitido por el Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, y la constitución de un Bloque Opositor orgánico conducido por altas jerarcas del Gran Capital mexicano son señales, que hacen imperioso desarrollar la metrología científica que permita saber con precisión, si el poder de la 4T se incrementa, está paralizado o decrece (…)”
Hasta ahora su proyecto parece haber avanzado, pero se registra ya un descenso en la aceptación ciudadana de la imagen presidencial. Según Oraculus, el sitio agregador de encuestas, en febrero de 2019, se registró 81 por ciento de aprobación y en noviembre de 2020 66 66 por ciento. En promedio ha perdido uno por ciento cada mes.
Seguiremos observando. 2021 podría ser el año definitorio para la holgura de mando que tiene el Presidente que quiere transformar el régimen político y que desbroza los excesos del régimen económico con una pesada carga neoliberal.
