Apoyar a los trabajadores que quedaron vulnerables ante la emergencia sanitaria por Covid-19, es uno de los ejes centrales del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), por lo que puso al alcance de sus acreditados una serie de soluciones que reconocen la voluntad de pago.
Dichas acciones podrán beneficiar a los 148 mil 172 hidalguenses que cuentan con Infonavit, ya que los acreditados pueden solicitar el Seguro de Desempleo, prórrogas sin intereses o la combinación de ambas medidas, retomando sus pagos entre septiembre de 2020 y febrero de 2021, dependiendo del inicio de la aplicación y de la renovación del beneficio al que tuvieron acceso.
Sin embargo, los acreditados que continúen en situación de desempleo o se reintegren con un menor ingreso que tenían antes la pandemia, podrán hacer uso del nuevo modelo de cobranza social implementado por la actual administración, mediante la cual se pone al alcance de los beneficiados las diversas soluciones de pago.
En las que destaca el Fondo de Protección de Pagos; siendo un fondo que se conforma con las aportaciones que se integran de los créditos originados a partir de enero de 2009, equivalente al dos por ciento de su pago mensual, que ya está incluido en el descuento por nómina, esto durante seis meses.
Así como la Solución a Tu Medida, basada en una disminución de ingresos por parte del acreditado, durante 12 meses se otorga una reducción temporal en el factor de pago, beneficio renovable por las veces que el acreditado lo necesita.
Además, el Dictamen de Capacidad de Pago, Borrón y Cuenta Nueva, Estudio Socioeconómico, Apoyo para Pensionados y Jubilados, Apoyo por Paro Técnico.
De acuerdo con el Infonavit, para acceder a estos beneficios, debe ser a través de las Agencias de Soluciones, la cual contactará a los trabajadores que aún no recuperan su empleo y que tuvieron acceso a alguna de las medidas de protección implementadas ante la emergencia sanitaria para ofrecer las distintas soluciones de pago, en línea con el esquema de Cobranza Social.
Por Itzell Molina