Alberto Witvrun.-Quienes bien conocen a Joaquín Gutiérrez García, dicen que pese a su aparente serenidad en las últimas dos semanas está sumamente preocupado y hasta un nuevo despacho de abogados contrató y ha buscado acercamientos con el dirigente de la Federación de Uniones de Trabajadores del Volante (FUTV) Pedro Solares Cuevas y hasta con uno de sus principales competidores Oscar Monzalvo Destunis.
En reuniones de las dos empresas que controlan sus alrededor de 400 concesiones, a las que asisten puros familiares y muy pocas personas de confianza, se ha mostrado arrepentido de haber aceptado la propuesta del gobernador José Francisco Olvera Ruiz, de lo que prometía ser un jugoso negocio: el Tuzobus, para lo que aportó 200 de 501 concesiones para constituir la empresa concesionaria de este sistema, que el pasado gobierno “vendió” como la panacea de la movilidad de la zona metropolitana de Pachuca.
A pesar de las críticas al sistema, el primer año todo fue miel sobre hojuelas, sobre todo cuando antes de irse el gobierno olverista, le “repuso” la mitad de las concesiones que aportó para el Tuzobus, algo así como un centenar; la cifra se desconoce por el silencio que en este tema guarda la Secretaría de Movilidad y Transporte (Semot), lo que despertó sospechas y especulaciones entre los socios de la empresa Corredor Felipe Ángeles, S.A.P.I. de C.V. que hoy reclaman una asamblea, donde pueden desconocerlo como presidente del consejo de administración.
No solo el Tuzobus, por los malos manejos que acusan sus socios, es el tentáculo de su “pulpo transportista” está en riesgo. Sus cercanos, aseguran que su temor real está en el compromiso del gobernador Omar Fayad Meneses de revisar la forma en que se otorgaron 933 concesiones en los últimos meses del gobierno de Olvera Ruiz, lo que impactaría por lo menos a cien concesiones que le fueron otorgadas que forman parte de sus dos empresas, aunque, diga en público que “le hacen los mandados”, porque él solo tiene a su nombre cinco permisos.