Alberto Witvrun.-No se puede minimizar los altercados que se presentaron en varias de las asambleas del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) este domingo, donde se tuvo que suspender la de Huejutla de Reyes, porque hubo detonaciones de arma de fuego, pero cierto es que hay quien quiere maximizar lo sucedido y es muy pronto para evaluar realmente que sucedió, es decir quien ganó y quién perdió.
Porque tampoco se puede negar que al interior de Morena hay luchas intestinas que protagonizan los diferentes grupos que integran este partido en construcción que empieza a tener escisiones muy pronto porque es quien ofrece el mayor número de posibilidades de alcanzar un cargo de elección popular en el proceso para la renovación constitucional de los 84 ayuntamientos.
La lucha no es solo por una postulación, esto va más allá, la disputa es por el control a mediano y largo plazo, porque varios personajes están tratado de construir sus proyectos y hasta obsesiones por alcanzar la candidatura al gobierno del estado que les fue negada en el anterior partido hegemónico y en para algunos de ellos es la última llamada para cumplir su anhelo.
El que pasó en las asambleas, se puede minimizar o maximizar, pero lo importante se tiene que desprender de conocer la lista de los delegados que llegarán a la asamblea electoral estatal del 10 de noviembre en que se elegirá a la dirigencia estatal, porque a dos semanas aún no hay una interpretación precisa de la convocatoria, lo que puede impedir que aspirantes a los cargos de dirección no sean elegibles.
Los nombres de quienes buscan la dirigencia estatal, ya se conocen, ahora hay que ver si están las listas de delegados y esperar el desarrollo del pleno estatal, para saber qué rumbo tomará Morena y terminar con las especulaciones, lo que si es cierto es que el proceso no ha sido terso y que hay luchas sordas, que no se sabe cómo terminarán ni que daño le harán a este partido, aunque hay voces en Morena que dicen que todo está bien.