Ixmiquilpan.- Habitantes de siete comunidades de la zona norte de este municipio presentaron una denuncia, ante la Agencia del Ministerio Público adscrito a la zona de Ixmiquilpan, en contra del alcalde, Pascual Charrez Pedraza, lo mismo que a algunos de sus colaboradores, por presuntas lesiones y daño en propiedad, integrándose en consecuencia una carpeta de investigación.
Lo anterior, luego de que algunos guaruras y funcionarios de la alcaldía amedrentaron mediante balazos y pedradas a un grupo de personas, mismas que llevaban caminando a Pascual Charrez hasta la comunidad de Cantamayée, a fin de exigirle el cumplimiento de una obra de agua potable, lo cual fue impedido por los incondicionales del edil, cuando cruzaban los límites de las comunidades de Remedios y San Nicolás.
A la par, el grupo de inconformes desmintió al secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, Francisco Javier Sánchez del Real, quien se atrevió a señalar públicamente que no se habían registrado detonaciones, con arma de fuego, durante al rescate del alcalde, cuando en distintas videograbaciones, filtradas en redes sociales, se confirmó todo lo contrario, pues se escucharon por lo menos cinco disparos.
Cabe recordar, en el transcurso del lunes 20, en exigencia de la perforación de un pozo y la construcción de un sistema de agua potable, emprendió una manifestación de protesta, en el ayuntamiento, y bloqueó algunas calles del primer cuadro de la ciudad, un grupo de habitantes de las comunidades indígenas de Cantamayé, El Bojay, Ustheje, El Naxthey, Boxhuadá, El Arbolado y Xaxni.
Ante la negativa de las autoridades del ayuntamiento, no dudaron en sacar de sus oficinas al presidente municipal, para pasearlo alrededor del jardín principal, con una cartulina exhibiendo la leyenda: “Pascual Charrez no cumple”; de ahí, pretendían trasladarlo, caminando, hasta la comunidad de Cantamayé, donde se planeaba realizar una mesa de diálogo y establecer acuerdos.
Sin embargo, al cruzar de San Nicolás a Remedios, el contingente de inconformes fue encarado por escoltas y algunos funcionarios de la alcaldía, quienes lograron rescatar a Pascual Charrez, mediante empujones y pedradas; al tiempo, se escuchó un mínimo de cinco estruendos, que, luego se supo, fue una serie de balazos, razón por la cual de inmediato se disgregó la marcha hacia Cantamayé.
Por Arturo G. Alanis