Alberto Witvrun.-Designando Ixmiquilpan para mujer, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) dejó fuera a los grupos que impulsaban a sus aspirantes, buscando apoderarse del capital político de Cipriano Charrez Pedraza caído por errores propios en desgracia al enfrentar dos procesos penales, con esa simple medida se cambió el juego porque quedaron fuera expresiones como la de José Huerta Vite y José Manuel Zúñiga Guerrero, que ya se veían como las nuevas corrientes dominantes.
Cipriano desde su encierro mueve las pocas piezas que le quedan, pero ya no le alcanza ni para presionar a las autoridades judiciales; la última manifestación a su favor fue de apenas medio centenar de personas y quien está desesperado es su hermano y presidente municipal Pascual que incurre incluso en la ilegalidad para impulsar al hermano menor Vicente, virtual candidato del Partido del Trabajo (PT).
Lo cierto es que fuera de los intentos de compra de votos del alcalde; la atención se centra en la candidatura de Morena, la que disputan la ex tesorera y ex esposa de Pascual Charrez Susana Paz García y la ex diputada local María Estela Rubio Martínez; en el primer caso para un amplio sector morenista “ya la besó el diablo” y en el segundo su activismo social la hacen más viable.
Paz García, carga con las irregularidades administrativas y financieras que observó en su inicio la actual administración municipal y el haber sido esposa de Pascual Charrez, genera desconfianza en la población y sería una candidata frágil por el sello impuesto por los dos últimos gobiernos municipales que tienen sumido a Ixmiquilpan en la inseguridad e ingobernabilidad, a pesar del deslinde que hizo del alcalde.
Rubio Martínez, por su parte no hizo mal papel cuando fue diputada local por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el que militó y el activismo que en su momento tuvo en la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) y en la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina (UFIC) además de las gestiones que continúa realizando, le sumarían votos adicionales a los que como partido registraría Morena, lo que representa un plus en una elección que será más competida de los que se esperaba.